Cientos de figuras improvisadas con piedras deterioran Baroña

Javier Romero Doniz
JAVIER ROMERO NOIA / LA VOZ

CULTURA

Los visitantes llegan a utilizar rocas procedentes del propio castro

14 ago 2011 . Actualizado a las 13:53 h.

Que en Baroña manda el todo vale no es nuevo: el castro ha sido escenario desde el motocrós que se practicaba hace años entre las viviendas circulares, a los ritos de brujería que en algunas noches de verano se realizan al calor del fuego. Pero durante los meses de verano de los últimos tres años esta indefensión del yacimiento se ha traducido en una creativa, y un tanto psicodélica, cosecha de pequeñas figuras que se alzan con piedras apiladas, y que se localizan dentro del área de protección del castro costero.

El origen de esta singular manifestación de ingenio popular, que deriva en creación artística e improvisada, nadie sabe fecharlo y explicarlo. Los vecinos de esta joya del patrimonio arqueológico gallego no lo recuerdan. Solo se sabe que alguien lo inició, y que el efecto llamada se ha convertido en algo cíclico y llamativo, aunque también perjudicial para el castro, por dos motivos.

El primero se fundamenta en la catalogación del yacimiento y valor de protección del suelo sobre el que se levantan estas figuras estilizadas. Aunque su abundancia es mayor fuera del recinto amurallado, proliferan en el espacio intermedio que hay hasta la fortificación que marca el inicio del yacimiento castreño, cuyo estado de conservación en esta parte es muy crítico. Por tanto, el terreno está protegido, pero el asentamiento nunca se ha beneficiado de tal condición, lo que, sumado a la erosión natural de su ubicación, ha derivado en un deterioro notable.

El asalto al castro

Pero ese mecano de piedras en que se ha convertido el recibidor del castro también está presente en el barrio principal del poblado -segunda secuela-. Un espacio que el último levantamiento topográfico, de diciembre del 2010, revelaba que cuenta con cuatro zonas comatosas en donde las piedras utilizadas para las esculturas son las mismas que se desprenden de las casas. Mientras, los expertos y asiduos a Baroña siguen esperando esa rehabilitación anunciada por la Xunta para ejecutar este verano y que ahora se ha pospuesto hasta la llegada del otoño.