Peligro: cien vacas andan sueltas

Toni Silva VILASANTAR / LA VOZ

VILASANTAR

Las vacas vagan famélicas por toda la parroquia.
Las vacas vagan famélicas por toda la parroquia.

Un ganadero de Vilasantar libera sus animales por las noches para que pasten en las fincas de los vecinos, que temen posibles accidentes

04 nov 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Conducir por Vilasantar se ha convertido en un ejercicio de riesgo. Especialmente por la noche. Un centenar de vacas campan a sus anchas por las vías de Présaras con el consentimiento de su propietario. En cuanto el sol se pone, Manuel Suárez las libera para que cenen lejos de su propia finca. Él no tiene con qué alimentarlas. Y sus vecinos llevan un año aguantando invasiones de vacas en sus parcelas y, lo que es peor, esquivando estos voluminosos animales en las estrechas carreteras.

El pasado fin de semana el propio alcalde, Fernando Pérez, se personó en el cuartel de la Guardia Civil de Curtis para asegurar haberse cruzado con unas cincuenta vacas sin gobierno y avisaba del grave riesgo para la circulación. Apenas dos semanas antes había hecho lo mismo la vecina Cristina Astray quien, además de la gran familia vacuna repartida por las cunetas, alertó de la presencia de un buey muy violento. En ambos casos apuntaron a Manuel Suárez como propietario del ganado.

Cristina se temió una tragedia en la noche del pasado sábado. Muy cerca de su casa, por donde las vacas cruzan sin tutor humano, celebraban una fiesta los miembros de la comisión de fiestas de Vilasantar. «Moitos coches pasaron por aquí e, non nos enganemos, esta xente nova non vai a cincuenta por hora», relata Cristina quien, en la misma noche, descubrió cuatro vacas de Suárez. Además de por el número identificativo que pende de las orejas, las vacas se reconocen por su extrema delgadez.

La granja de Manuel, ubicada en el lugar de Cezar, ya ha sido harto visitada por inspectores, personal del Concello y también por el Seprona. El informe de esta unidad de la Guardia Civil es demoledor. Cuantifica 112 vacas para una nave con capacidad para 24, denuncia que los animales están desnutridos, que la sala de ordeño no funciona, que es imposible ordeñar uno solo manualmente a un número tan grande de vacas, que muchas sufren mastitis y que ya han dejado de producir leche. Y que su carne ya no es apta para el consumo humano tal es la atrofia muscular que presentan. Los agentes también levantaron acta del gran volumen de excrementos sobre el que duermen las vacas.

47 vacas muertas

Y ya entonces, mediados de mayo del 2015, apuntaron que el dueño las soltaba para que las vacas se buscasen la vida en fincas ajenas. Así se entiende la increíble cifra de bajas registrada por esta explotación en el censo de la Xunta: 47 vacas muertas entre septiembre del 2014 y agosto del 2015.

Visitado por este periódico en la mañana del lunes, Manuel Suárez aseguró que tiene a sus vacas perfectamente recogidas, y acusó a los vecinos y al Concello de querer «hacerles la vida imposible». Pero desde hace meses, incluso su propia familia ha renunciado a vivir con él. El personal del Ayuntamiento sugiere que Manuel Suárez necesita algún tipo de ayuda psicológica, y el Seprona pide que se le retire la titularidad de la granja. «La gestión de la explotación es demencial», sentencia el informe.

Mientras tanto, los vecinos continúan cerrando fincas para evitar que las vacas se cuelen y destrocen el mobiliario próximo a sus casas y se coman las cosechas. Y según se van cerrando, más recorren en busca de pastos. Ahora frecuentan la carretera que une Présaras y A Carregosa, propiedad de la Diputación.