Los vecinos vinculan la oleada de robos con un incendio en Sada

La Voz SADA/ LA VOZ

SADA

El fuego provocó importantes daños en una frutería

11 jun 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Un fuego causó importantes daños ayer de madrugada en Fruterías Sánchez, un establecimiento situado en las proximidades del colegio Sada y sus Contornos y un local que ya había resultado afectado el septiembre pasado por el incendio de la escuela de vela del Club Náutico Recreativo de Sada. «Ardeu todo», explicaban muy afectados los miembros de esta familia que regenta el negocio desde el año 1991.

Un vecino dio la voz de alarma al 112 pasadas las 3 de la madrugada, cuando vio salir humo del almacén de frutas y a la zona se desplazó el Servicio Municipal de Emergencias de Sada (EME), que accedió al interior tras forzar la puerta de aluminio. Casi al mismo tiempo también había alertado a la Policía Local el dueño de la Solana, un bar situado en la carretera del Puerto.

Los servicios de emergencia apagaron el fuego, ventilaron y sacaron al exterior las planchas de lana de roca del falso techo que todavía provocaban humo y que ayer al mediodía continuaban en el exterior del negocio. El fuego también dañó las tuberías, lo que provocó fugas de agua.

Dos focos

Los miembros del SEM detectaron dos focos de fuego, por lo que las primeras sospechas fueron que se trataba de un incidente intencionado, que los vecinos no dudaron en relacionar con la oleada de robos que se han producido en distintos establecimientos del municipio en las dos últimas semanas, aunque no se descarta tampoco que el fuego pudiera tener su origen en un cortocircuito. Los robos, que causaron pérdidas en cinco bares de la zona portuaria, la desaparición de un portátil en el colegio Sada y sus Contornos y un hurto en un coche, se vinculan con delincuentes habituales de la zona.

La Guardia Civil investiga la venta de artículos falsificados y de joyas

La Guardia Civil aprehendió prendas y joyas que se encontraban de venta al público durante la celebración mensual del mercadillo de Betanzos. En una inspección rutinaria observaron que se vendían zapatillas deportivas, calcetines y joyas de distintas marcas que podían carecer de licencia y le pidieron a la encargada del puesto, C. S. M., que acreditase su procedencia, que no pudo justificar documentalmente. Ante la imposibilidad de garantizar que los artículos fuesen los originales de la marca comercializada, se procedió a requisarlos para su peritaje y verificación, iniciándose diligencias por un supuesto delito contra la propiedad intelectual.