Denuncia a su vecino por contaminarle el pozo de casa con vertidos de purines

Toni Silva OZA-CESURAS / LA VOZ

OZA-CESURAS

El Concello de Oza-Cesuras ha notificado los hechos al Seprona

19 nov 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Celestina tiene un pozo en su finca del que no puede beber. La fecha de la contaminación es fácil de recordar. «O Día das Letras Galegas», apunta. Ese 17 de mayo vio a su vecino regando con purines a muy pocos metros de su propiedad. Esta mujer del lugar de Queimada, en Oza-Cesuras, recuerda así el episodio: «Eu viña camiñando ata a casa e vin o purín avanzando pola cuneta, corrín ata el para que parara». Luego apareció la Guardia Civil de Curtis, que levantó acta de lo sucedido. En la denuncia reza: «Entiende [la vecina] que no hay daños tangibles en la finca, pero como el vertido se produjo en las cercanías de un pozo, prefiere comunicar los hechos a la autoridad por si con posterioridad se produjera algún tipo de vertido en el pozo».

Y, efectivamente, Celestina tenía motivos para temerse lo peor. Dos semanas después recogía la analítica de su agua, con un nivel tan alto de coliformes fecales que convertían el líquido en «no potable». También por aquel entonces puso los hechos en conocimiento del organismo autonómico Augas de Galicia.

Aviso a la Guardia Civil

Y ahora, a principios de noviembre, se vio obligada a marcar de nuevo el teléfono de la Guardia Civil. Los hechos se repetían, esta vez a unos 15 metros de la casa, por lo que prevé que su pozo, lejos de descontaminarse, acaba de recibir una nueva recarga de coliformes. Los agentes realizaron un reportaje fotográfico y anunciaron que la propia institución se personaría en la denuncia contra este vecino, que explota esta parcela en régimen de alquiler y vive a un kilómetro de Celestina Vázquez, en el lugar de Mazarelas, donde ya hace años protagonizó otro episodio similar para enfado y queja de los residentes de la zona, ya que entonces se afectó un manantial.

Celestina cuenta incluso con testigos de los hechos por los que presuntamente se ha contaminado su pozo. «Eu vinlle botar os puríns as dúas veces», explica Emilio. «Unha vez rebordaba de líquido contra o peche...», relata.

Distancias de seguridad

Los profesionales agrarios establecen unas distancias de seguridad para evitar este tipo de contaminaciones. «Para reducir o risco de contaminar augas subterráneas, os efluentes e refugallos orgánicos non se deben aplicar a menos de 35-50 metros dunha fonte, pozo ou perforación que subministre auga para o consumo humano ou se vaia usar nos sistemas de muxidura, nalgúns casos pódese necesitar unha distancia maior», reza el Código Galego de Boas Prácticas Agrarias.

Y con el pozo contaminado, Celestina Vázquez, que vive sola en esta casa desde que enviudó hace ocho años, no le queda otra que hervir el agua que sale de los grifos de su casa o comprarla ya embotellada. Su caso ha indignado al alcalde de Oza-Cesuras, Pablo González Cacheiro, quien una vez conocida la denuncia de esta vecina de la parroquia de Rodeiro, ha presentado otra ante el Seprona con el sello del propio Ayuntamiento. «Estamos ante un caso reiterado y hemos dispuesto todas las medidas necesarias para evitarlo y atajarlo, está claro que el presunto infractor no cambia de actitud con palabras, ya ha causado otros problemas parecidos en el municipio», recuerda el regidor de Oza-Cesuras.