El ambulatorio de Oza dos Ríos tiene las ventanas selladas con papel y cinta

El ambulatorio de Oza dos Ríos no goza de buena salud. No ofrece muchas garantías sanitarias un recinto donde varias ventanas destartaladas impiden el paso del viento y el frío con cinta americana. Las grietas se suceden por toda la gran sala, un habitáculo con vocación de invernadero (paredes altas y cristales en la techumbre) que aseguran que nunca se ventila desde que presenta esos desperfectos en las ventanas.

Su estado ha sido motivo de queja por parte de la oposición en el Concello de Oza-Cesuras. El equipo de profesionales ha tenido que lidiar con un edificio viejo de casi tres décadas que clama por una reforma donde las ventanas rotas es algo irrisorio al lado de lo que ocurre en la sala del practicante. «El muro exterior se está doblando y se llega a ver la luz del día», reconoce el propio alcalde, Pablo González Cacheiro.

Precisamente el regidor acaba de firmar un convenio para sufragar los gastos de la reforma. La otra parte es el conselleiro de Sanidade, Jesús Vázquez Almuíña. El montante de las obras asciende a 116.000 euros, de los que 60.000 corresponden al cambio de la carpintería exterior de aluminio. El Sergas ya ha añadido que se hará cargo de la mitad del total, es decir. 58.400 euros, mientras que el Ayuntamiento deberá abonar otro tanto. «Ese otro cincuenta por ciento estamos en vías de conseguirlo a través de Vicepresidencia».

Pero los males del centro de salud no se reducen a una dolencia física del edificio. Algunos servicios se antojan mermados para las características de la población. El Concello de Oza-Cesuras tiene 419 niños susceptibles de ser atendidos por un pediatra, pero este especialista solo visita la localidad los miércoles con horario de 8.00-12.00 en Oza dos Ríos y de 12.30-15.00 en el centro de salud de Cesuras. Para el resto de consultas pediátricas y urgencias los vecinos han de acudir al ambulatorio de Abegondo.

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