Vecinos de Perillo exigen humanizar la N-VI y más medidas de seguridad

Elena Silveira
Elena Silveira OLEIROS / LA VOZ

OLEIROS

Elena Silveira

El cruce del Sol y Mar recibe al día 90.000 vehículos, que generan ruido y polución

22 jun 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

«Vivir aquí es peor que vivir frente a una autopista. Hay mucho más ruido, más polución y es más peligroso». La persona que habla es Rosa María Sánchez, que lleva viviendo frente al cruce del Sol y Mar, en Perillo, 43 años. Primero en la parte más próxima a la ría, y desde hace 20 años en el edificio Ponteceso, fácilmente reconocible porque forma una media luna frente al semáforo de esta intersección de la N-VI. «Hace 38 años, cuando estaba embarazada de mi hijo Fernando, participé en la manifestación para que nos pusieran el semáforo, porque entonces no había ni eso. Así que fíjate si conozco bien este cruce». Ella, junto a muchos otros vecinos de la zona, ya no demandan, sino que exigen a las diferentes Administraciones que lleguen a acuerdos para iniciar el soterramiento de la N-VI lo antes posible. «Es muy necesario. Mucho. Porque esto es terrible», confirma Fernando, otro vecino del edificio.

El tráfico «no deja descansar»

Loli Barge, que vive en el primero, relata toda una serie de problemas que padecen los vecinos por culpa de la carretera. «Nosotros vivíamos en otra zona de Perillo, en la calle Namibia. Hace un año, cuando se independizaron los hijos, nos cambiamos a este piso más pequeño. Lo que no imaginábamos era el problema de ruido que tenemos ahora». Loli pensaba que con el aislamiento de las ventanas soportarían bien el tránsito continuo de coches, camiones y motos. «Pero no es así. El tráfico no nos deja descansar. Tenemos que dormir en la habitación que da al patio interior porque el ruido es horroroso». Dice que a partir de las doce de la noche ya se oye menos, «pero a las cinco o las seis de la mañana comienzan a pasar ya los grandes camiones, y a veces oyes desde allá atrás la frenada». Dice, en este sentido, que cuando oye que un coche se estrella sale a la ventana «por humanidad, para llamar al 112», pero ya no le sorprende el sonido de un accidente. También Felipe, un joven de 17 años vecino del inmueble, explica que con el tiempo «te acostumbras a convivir con el ruido» pero, según critica, lo peor de todo es la inseguridad viaria. «Ahora el semáforo funciona bastante bien, no hay queja. Pero había épocas en la que estabas ahí esperando una eternidad para poder pasar». Eso sí, tal y como confirman Cruz, María y Maruja, «el tiempo que te dejan para pasar es muy corto. Una persona con problemas de movilidad no llega al otro lado de la acera con el semáforo en verde».

Maruja Fernández recuerda una anécdota que ocurrió hace unas semanas: «Quería pasar una persona mayor que llevaba dos muletas. El semáforo se puso en verde para los coches y le empezaron a pitar para que se diese prisa. Es que no respetan nada, ni eso». Y, aunque no están seguras de que tenga relación con los atascos que suelen producirse en este punto, la fluidez de la circulación viaria mejoró desde que no hay personas vendiendo pañuelos y caramelos en la intersección. «Es que daba continuamente al botón para que pasen los peatones. Porque claro... él quería que hubiese coches parados para poder vender». Ahora esos botones están inutilizados, a pesar de que muchos viandantes siguen presionándolo. «Es que ya hace tiempo que va con temporizador, ya no funcionan», confirman varios vecinos de la zona.

Tras el colapso de tráfico el pasado martes, la circulación era ayer al mediodía, en hora punta, fluida. Y eso que, como confirmaron los vecinos, «hay más coches y camiones por la huelga en el transporte. ¿Que si se ha notado? Sí, bastante», confirman.

Reclaman, al igual que el Concello de Oleiros, que el Ministerio de Fomento no retrase más el soterramiento de la vía, que ahora se aplaza al verano del 2018. «A ver si por fin podemos cruzar con tranquilidad», reclaman. Y piden que el proyecto dé prioridad a los peatones. Mientras tanto, ayer en Bergondo se inició la mejora provisional de la N-VI con la nueva señalización.