El patio de atrás de Oleiros, con vistas

JUAN TORREIRO OLEIROS / LA VOZ

OLEIROS

Vecinos de este complejo se quejan de la falta de cuidados y mantenimiento del núcleo residencial

30 abr 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

La urbanización Catasol es una más de las muchas zonas residenciales horizontales del Concello de Oleiros. La forman una serie de viviendas adosadas que escalan una pequeña colina en una de las márgenes de la estrecha rúa Casares Quiroga, que une Santa Cruz con Montrove, pasando por Santa Eulalia de Liáns. Se trata de una zona verde, tranquila, rodeada de pequeñas parcelas sin urbanizar, próxima al Parque dos Veciños. La cima de la colina proporciona a los propietarios de las viviendas una panorámica espectacular del entorno, así como de la ciudad de A Coruña, disfrutando de unas fantásticas vistas con la torre de control marítimo al fondo.

Flor Martínez es una de las pioneras de esta urbanización. «Fuimos de los primeros en comprar y conseguimos el chalé con mejores vistas de la urbanización», asegura. Han pasado más de veinte años desde que Flor y su familia residen en Catasol. De la ilusión a la decepción. «La sensación es que la urbanización no está acabada», dice. Y como un quijote, ha emprendido una cruzada contra las Administraciones para buscar soluciones a lo que ella denomina «un abandono total por parte del Concello».

En un recorrido por este núcleo residencial se aprecia lo que dice Flor. La falta de visibilidad en los accesos es evidente debido a la maleza que invade hasta el borde de la carretera. Extraña ver hoy en día, sobre todo en Oleiros, un tendido eléctrico y telefónico por las fachadas de las viviendas. Sobre todo si la urbanización de enfrente presenta un perfecto mantenimiento y el cableado soterrado. Delante de Catasol hay postes eléctricos y telefónicos, estos últimos camuflados de árboles por la espesa vegetación acumulada. Las aceras están en mal estado, con baldosas rotas y vegetación entre las juntas. En la urbanización, Flor insiste en que la calle principal «está sin acabar». Recuerda que en el 2008, la exconcejala de Obras, Ángeles de la Fuente, «me prometió que había conseguido la cesión de terrenos para construir aceras y aparcamientos, pero la situación sigue igual». Y añade: «No entiendo como el rey de las expropiaciones -en alusión al alcalde García Seone-, contribuye al feísmo y no pone fin a esta situación. Quiero igualdad en el trato con respecto a otras urbanizaciones». Las cosas no mejoran en la parte posterior. Muchas fincas privadas sin urbanizar, alguna utilizada para la fermentación de compost «del que tenemos que soportar el mal olor».

Flor Martínez dice que eligió vivir en Oleiros: «Me encanta mi casa y me gustaría disfrutarla de forma plena», comenta con la mirada perdida en el horizonte, seguramente por las fantásticas vistas que se disfrutan desde su casa.