Aceite de coche, mortal para los árboles

Elena Silveira
Elena Silveira OLEIROS / LA VOZ

OLEIROS

Elena Silveira

Oleiros denunció en el juzgado a dos personas por atentar contra el medio ambiente

29 mar 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Casi suena a broma. Pero es así de fácil: la sal puede matar un árbol centenario. También es mortal de necesidad para ellos el aceite usado de coche, la gasolina y, por supuesto, los herbicidas que muchos delincuentes ecológicos utilizan para matar ejemplares que, por su porte o su situación, resultan molestos para algunos vecinos.

El Concello de Oleiros emprendió hace años un lucha encarnizada contra este tipo de acciones delictivas, llegando el alcalde, Ángel García Seoane, a ofrecer este mismo mes una recompensa a aquel que aportara pruebas fiables del envenenamiento de un tilo en Santa Cristina. Responsables del mantenimiento de los jardines municipales confirman que descubren una media de dos ataques de este tipo al año aunque, como aclaran, Oleiros no es el ayuntamientos de la comarca que más casos registra. «Al contrario, hay muy pocos porque saben que aquí se persigue y se sanciona. Es más, podría decirse que detectamos el 100 % porque estamos muy pendientes de ello», explican desde la empresa concesionaria Arce. De hecho, hasta el momento ya se ha denunciado a dos personas en el juzgado por este tipo de atentados.

Donde más casos se registran siempre es en los núcleos urbanos: Perillo, Santa Cruz, Oleiros... Y, por lo general, en zonas donde los vecinos se habían quejado con anterioridad por la presencia de los árboles en cuestión. «Sí, hay zonas de riesgo. Y esas son las que más vigilamos. La gente mayor suele estar más obsesionada con que los árboles les molestan o les entorpecen las vistas, aunque detrás del árbol tengan un muro...», comenta uno de los responsables de la empresa, intentando dibujar un perfil del delincuente ecológico que actúa en Oleiros.

La técnica que suelen emplear para deshacerse de los ejemplares «molestos» es variada. Los de menor porte a veces mueren a hachazo limpio, pero los delincuentes usan una técnica más depurada con los grandes. Consiste, según explican los expertos, en taladrar el tronco e inyectar en el interior gasolina, sal o aceite usado de coche. Mucho más agresivos son algunos herbicidas que se aplican sin traje, mascarilla, guantes o gafas. «Son muy tóxicos, no los saben aplicar y dejan restos por la zona afectando a más ámbitos», indican desde la empresa. Confirman que los ataques suelen producirse justamente por esta época, cuando comienza la primavera y cuando los árboles salen de su letargo porque el veneno es más efectivo.

Aunque los responsables del mantenimiento de los parques y jardines de Oleiros detectan el cien por ciento de los ataques que se producen, difícilmente pueden impedirlos. «O bien nosotros mismos los vemos o bien nos avisan. El árbol empieza a secarse y suele quedar un reguero del veneno en el tronco». En función de la toxicidad del agente contaminante y de la salud del árbol, un ejemplar puede tardar en morir un par de meses. Poco tiempo teniendo en cuenta que algunas especies vegetales languidecen de forma natural durante 200 años. Por suerte, el último árbol que fue envenenado en Oleiros, un tilo de gran porte ubicado en una zona pública de Santa Cristina, saldrá adelante. El agresor taladró el tronco y metió un producto que se usa para espantar pájaros. Por suerte, en las ramas del tilo ya se ven brotes verdes.