«En Oleiros hay un clima represivo con los funcionarios»

La Voz OIEIROS

OLEIROS

El número 5 del PSdeG, Roberto García, denuncia la situación del personal del Concello, donde trabaja desde hace 30 años

22 may 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Al alcalde de Oleiros y candidato a la reelección por Alternativa dos Veciños, Ángel García Seoane, le ha surgido el enemigo -político- en casa. Si hace dos semanas la número dos del PSdeG, Laura Rodríguez Sastre, funcionaria municipal y durante seis años tesorera del Concello, criticaba su falta de ideas y de iniciativa política, ahora el número cinco de la lista socialista, el también funcionario municipal Roberto García, denuncia el «clima represivo» en el que trabajan los empleados de Oleiros. «El funcionario objetivo, serio y formal está perseguido», asegura.

Después de más de tres décadas trabajando en el Concello, este oleirense de Nós asegura que la consecuencia más grave la sufren los ciudadanos que, según denuncia, no reciben un trato igualitario cuando acuden a la administración local. «Hay un trato diferencial, pero no queda constancia documentalmente y los vecinos a los que les pasa prefieren no decir nada porque dicen que el alcalde les coge de ojo», explica el aspirante a concejal.

García denuncia además que la información que reciben los ciudadanos está condicionada por los intereses del partido que gobierna. «Es una estructura policial, que está diseñada más para la propaganda del gobierno local», dice el trabajador y pone un ejemplo: «Se habla mal de la Xunta y del Estado sin razón y no le gusta la respuesta a los ciudadanos de que la leyes salen del gobierno y de la Xunta, y los derechos de la Constitución, no de las ordenanzas municipales».

El candidato socialista asegura que si estas situaciones no trascienden es «porque los funcionarios no quieren enfrentamiento» y subraya que el seguidismo a la política del gobierno local se consigue «con presiones y prebendas». «Hay empleados municipales que tienen un sueldo de 1.000 euros y que cobran 3.000 por seguirle al alcalde. El que caiga en desgracia va de lado», dice.