Una pizza gigante en Miño

Pablo Portabales
Pablo Portabales A CORUÑA

MIÑO

30 ago 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

«Es un éxito. No hay una sola persona que no le haga una foto cuando se la ponen en la mesa. Y casi todo el mundo la sube a Facebook», comenta Quique García, propietario de Pizza Miño, también conocida como Pukis, una pizzería situada al lado de la discoteca Piscis de Miño, una de las más antiguas de la comarca que sigue abriendo los fines de semana y que también regenta Quique. «De las pocas que aguanta el tirón», asegura. Pero lo que fotografía el público es la imponente pizza de 80 centímetros de diámetro y tres kilos de peso que bajo el nombre de Cacho pizza figura en la carta del establecimiento y que es la estrella del local. «Se puede decir que son cuatro en una y cuesta trabajo hacerla. Cada cuarto es diferente para que haya para todos los gustos y los comensales puedan repartir. Da para comer entre ocho y diez personas y se me ocurrió en estos tiempos de crisis, para que resultase más económico para familias y grupos dc amigos y jóvenes» comenta sobre esta preparación que vende a 40 euros unidad. Un cuarto de bacon y champiñones, otro de chorizo y pimientos, el tercero de atún, gambas y anchoas y el último de jamón y piña. Quique, que lleva toda la vida vinculado a la hostelería, ya está pensando en nuevas modalidades de pizzas gigantes. «Ahora, en cuanto pase el verano, la idea es meter en la carta otras del mismo tamaño con ingredientes diferentes», asegura. Los que la han probado dicen que está muy buena y todos, antes de comerla, comparten la experiencia de la pizza gigante de Miño en las redes sociales. La anécdota cada vez se hace más grande.

Postre performance

Más de 200 personas asistieron a la segunda Noche M organizada por los responsables de la Finca Montesqueiro. Tuvieron suerte porque el anochecer del viernes fue muy agradable y pudieron disfrutar de la fiesta en la parte exterior. Fue una cena-cóctel que culminó con un singular postre performance. El equipo de cocina, liderado por Helene Varela y Manu Moreno, se situaron alrededor de una mesa de cuatro metros de largo totalmente vacía que colocaron en el centro del salón. Al ritmo de Seven Nation Army, de The White Stripes, cada cocinero dispuso de diez minutos para montar un postre mientras los asistentes hacían fotos y vídeos con sus móviles. Como se pueden imaginar, al terminar hubo una avalancha sobre la mesa, ahora repleta de dulces bocados. Una dulce locura para despedir el mes de agosto.

Memoria de Sada

Más de 400 fotografías que llegan de todo el mundo para dar cuerpo a la exposición Memorias de Sada que, a partir del día 2 de septiembre, podrá ser visitada gratuitamente por todos aquellos que lo deseen en la Capilla de San Roque, en Sada. «La gente me da fotos todos los días. Tengo más de doscientas y pico aún por meter en la archivo web que tenemos», comenta Maruja Babío, una de las integrantes de esta iniciativa. La muestra es la tercera que realizan, y aseguran que no tiene dificultades para conseguir fotografías. «La gente quiere participar. Nos llegan de Alemania, Estados Unidos, Venezuela, Buenos Aires, California... Los hijos nos las mandan».