Una peluquería de Miño lleva un mes con los cables colgados de la fachada

S. A. Miño / La Voz

MIÑO

María José Ferreiro, directora de Aspadisol, observa la factura que le han pasado al cobro.
María José Ferreiro, directora de Aspadisol, observa la factura que le han pasado al cobro. m. b.< / span>

El negocio no tiene línea telefónica para atender a sus clientes

24 may 2015 . Actualizado a las 12:21 h.

La peluquería Aqua en San Juan de Villanueva, en Miño, tiene que utilizar el boca a boca para avisar a sus clientas de que no les funciona el teléfono. Y es que la avería dura casi ya un mes, desde el pasado 30 de abril. La situación para estas dos emprendedoras es límite porque aseguran que hay clientes que deben pensar que han cerrado, porque el pasado puente festivo apenas tuvieron gente, algo que no suele ser habitual.

Otras clientas, en cambio, optan por presentarse en el establecimiento para saber si les pueden atender en ese momento. Una situación totalmente surrealista la que están viviendo estas empresarias. Lo peor es que los cables sueltos cuelgan de la fachada y han tenido que colocar incluso unas bolsas de plástico para que los conductos no estuvieran al aire.

«No sabemos ya qué hacer, porque Telefónica nos dice que ya se ha detectado la incidencia pero no nos dice nada más, ni si van a venir a arreglarlo, ni cuándo lo harán», comenta Carolina, una de las dueñas del negocio, que asegura sentirse indefensa ante esta situación.

Sospecha que detrás de esta demora a la hora de reparar la avería pueda estar la huelga indefinida que mantienen las empresas auxiliares que trabajan para Telefónica en Galicia desde el pasado 7 abril. Y temen que la situación no mejore mientras dura el conflicto laboral.

«No tenemos ni teléfono, ni Internet y no somos los únicos, porque las casas vecinas tampoco tienen servicio. Hay clientas que tienen mi móvil pero no todas y mucha gente no sabe si estamos abiertas», dice Carolina que asegura que la situación les está haciendo perder clientes, además de denunciar la peligrosidad que existe para cualquier peatón tener los cables a la vista, en la fachada del establecimiento.