Los mariscadores de la ría de O Burgo también están muy expectantes con lo que ocurre en el talud de la AP-9, a la altura del área de servicio de O Burgo, terreno que absorbió «gran parte del queroseno que se vertió de un camión cisterna en el 2011 como consecuencia de un sabotaje», según indicaron desde Repsol. Este asunto también está siendo seguido muy de cerca por la mesa creada para controlar los vertidos al estuario coruñés, de la que forma parte la Autoridad Portuaria, el Seprona, las consellerías de Medio Ambiente y de Mar.
Pero representantes de la compañía petrolera trataron de tranquilizar ayer a todos aquellos «que pudiesen resultar afectados si esos restos llegasen a los bancos marisqueros». Indicaron «que el rezume del queroseno no llega a la ría, ni a los arenales de O Burgo, que están a unos dos kilómetros», subrayaron.
Además, señalaron que «las pequeñas filtraciones, que sobre todo se producen en días de fuertes lluvias, están siendo controladas por los sistemas anticonaminantes colocados a instancias de las autoridades competentes.
Solución definitiva
Desde Repsol también dijeron que la compañía ya trabaja, desde febrero del 2014, «en la descontaminación del terreno, propiedad nuestra, afectado por el vertido del queroseno». Y que están a la espera de las autorizaciones «para hacer lo mismo en el talud próximo a la gasolinera».