Los vecinos salen a eliminar pintadas ante la inacción del Ayuntamiento

Xosé Vázquez Gago
Xosé Gago A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA CIUDAD

MARCOS MÍGUEZ

Más de 20 residentes, muchos mayores, blanquearon una fachada en las Bárbaras

01 oct 2018 . Actualizado a las 12:53 h.

Pese a la soleada tarde, que invitaba más bien a irse a la playa, más de 20 residentes de la Ciudad Vieja se reunieron para una tarea mucho menos apetecible: limpiar alguna de las pintadas que afean la plaza de las Bárbaras.

Muchos de los voluntarios para esa tarea de ornato público en uno de los espacios más hermosos del casco histórico -aparte de estar catalogada como bien histórico artístico- eran mayores, como Maricarmen, que se animó a coger la brocha y prometió que «para el próximo día, aquí estamos las pintoras». «Nací aquí, me tuve que ir porque las calles están tan mal que no podía ni caminar. Hay losas que parecen la Pedra de Abalar, no nos hace falta ir a Muxía», añadió Maricarmen, que conocía a otras voluntarias desde la infancia. Todas coincidían en que la plaga de pintadas «ha ido a peor». En los corrillos se preguntaba «¿quién es ese tal Carlos?», por los numerosos grafitis que dicen «Carlos vive». Otra de las vecinas se quejaba de un «Hespana nos rouba», que regresa a una fachada, espray mediante, cada vez que lo borran.

La convocatoria, que contó con la presencia de varios directivos de la asociación de vecinos, se topó con inevitables dificultades técnicas. Hay que contar con el permiso de los propietarios para limpiar las fachadas, y con el bote de pintura blanca que llevaron solo pudieron actuar en una vivienda. Pese todo, un grupo de residentes la pusieron en marcha en apenas 24 horas, a raíz las quejas de varios vecinos por el mal estado que presentan las calles.

Aún con las citadas dificultades, la intención de los organizadores es seguir limpiando las fachadas que puedan hasta que el Ayuntamiento, al que acusan de inacción, decida hacer algo ante el deterioro del casco histórico. También hicieron un llamamiento a los vecinos de otras zonas a secundarles o seguir su camino.

En la primera convocatoria ya acudieron residentes de otros puntos, como José, de la zona de Zalaeta, que les hizo una propuesta: plantear al Ayuntamiento que descuente del IBI la factura que afronten las comunidades que decidan contratar a una empresa de mantenimiento que cuide las fachadas de su edificio: «El Ayuntamiento se nutre del IBI, pero parece que ningún partido es capaz de controlar a los cuatro que hacen las pintadas o de limpiar las fachadas. Pues que nos permitan hacerlo a los vecinos». Ya propuso al Ayuntamiento aplicar ese plan en su edificio, donde tenían un presupuesto de mantenimiento de 440 euros al año. Su planteamiento no fue aceptado en María Pita, aunque ayer despertó bastantes interés en la Ciudad Vieja.

El alcalde descarta subir las multas y cambiará la norma para poder limpiar en zonas privadas

El alcalde, Xulio Ferreiro, reconoció ayer que «ninguén está a gusto» con la proliferación de pintadas, pero aseguró que se trata de «un problema crónico por moito que veña sendo actualidade nas últimas semanas». Ferreiro recordó la «dificultad» que tiene el Ayuntamiento para limpiar propiedades privadas, dado el marco normativo actual, y anunció que el gobierno local está trabajando en una modificación de la ordenanza de limpieza para que se pueda intervenir en bienes que, aún siendo privados, tengan «interese patrimonial», como podría ser la Ciudad Vieja, la zona protegida por el plan especial del casco histórico o los edificios catalogados.

El regidor señaló que la modificación irá «pronto a pleno», y añadió que en los nuevos pliegos del contrato de limpieza viaria se incluye la formación de una «brigada específica» para limpiar pintadas. Aunque según los pliegos podrá contar con un mínimo de un trabajador, mientras que la actual concesionaria destina cuatro operarios y el tercio de la jornada de otro a las pintadas.

Lo que sí descartó el alcalde fue incrementar las multas que se imponen por pintar las paredes. El regidor insistió en que «non é un problema da contía das sancións, é un problema de civismo e de ter instrumentos para actuar sobre as fachadas».

En A Coruña, las multas por pintar paredes ascienden como máximo a 750 euros, en Oleiros a 2.400 euros. En ambos casos se pueden cambiar las sanciones por trabajos comunitarios.