No se puede entender la historia de la Residencia y del Hotel de Pacientes sin él», cuenta Olga Coroas, supervisora del centro del que acaba de despedirse Manuel Santos Bermúdez, Lete, conserje de este peculiar hospedaje sanitario desde que se inauguró en 1993, y ahora recién jubilado. Con el apoyo de la auxiliar Marcelina Suárez, sus compañeros le organizaron una cena en la que hubo lluvia de regalos ?«participaron casi todos los trabajadores del hospital», apunta?, entre ellos una cámara para que Lete siga cultivando su afición por la fotografía. «Lo dio todo por esta gran institución hoy llamada Chuac», subraya Olga sobre un celador nada al uso: «Él era la cara amable, humana, el alma máter, siempre pendiente de las necesidades no solo de los pacientes y sus familias, sino también haciendo la vida más agradable a todos los profesionales que tuvieron la suerte de cruzarse en su camino». Fueron muchos los agradecimientos cosechados por Lete, que ya no saludará desde la recepción de un hotel que llegaron a bautizar como Hotel-Lete, pero su esencia, como recalcaron sus compañeros, «perdurará siempre en el Hotel de Pacientes y en los corazones de todas las personas que hemos tenido la fortuna de haberte conocido».