Solo un 20 % de la Ciudad Vieja tiene servicio de gas natural y fibra óptica

Brais cAPELÁN A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA CIUDAD

ángel manso

El déficit de servicios lastra la rehabilitación de viviendas y la dinamización comercial

29 abr 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Es solo una de tantas cuestiones que lastran la situación de la Ciudad Vieja coruñesa, pero subsanar este déficit podría ser clave para incrementar el número de vecinos y negocios en el casco histórico coruñés. Y es que solo una quinta parte de la zona tiene en la actualidad servicios de fibra óptica y gas natural.

«Es una cuestión que lleva 10 años parada. Había un proyecto de enlosado que contemplaba la instalación de todo lo necesario para garantizar estos servicios, pero se paró porque parte de los vecinos se mostraron críticos con las nuevas losas. Y ahí quedó», cuenta Adolfo López, presidente de los comerciantes de la zona. «Se trata de una demanda histórica de la comunidad. Es cierto que existe una preinstalación del gas y la fibra, pero por el momento está todo parado», afirma, por otro lado, Pedro Fernández Roque, presidente de la asociación de vecinos Cidade Vella, que señala que cada año demandan al Ayuntamiento este tipo de servicios. «La conducción de los cables está instalada, pero falta finalizar los trabajos. Este tipo de cosas lastran la rehabilitación de viviendas y la dinamización comercial de la zona», afirma Fernández Roque.

Se da el caso de que ese 20 % de vecinos que sí tienen fibra óptica y gas natural son aquellos que se encuentran en la periferia de la Ciudad Vieja, a las que los operadores acceden más fácilmente, y que conectan estos servicios desde otras zonas de los alrededores. «La inmensa mayoría no tiene gas ni fibra. Quién va a venir a vivir aquí sin este tipo de servicios», lamenta Adolfo López. Otros empresarios con negocios en la zona también se quejan de la situación. «Las instalaciones son obsoletas y las calles están en mal estado. Está claro que, con la crisis, no hay dinero para todo, pero hay que demostrar cierto interés por la zona», afirma el ingeniero industrial y delegado de EnReforma, Alberto Faraldo.

Mientras estos problemas persisten, el Ayuntamiento continúa sin concretar posibles medidas al respecto.

Retirada del cableado

Tanto comerciantes como vecinos se quejan del excesivo cableado que cuelga de las fachadas de las viviendas en la zona. «Al no estar finalizadas las tuberías subterráneas, los operadores tiran cable por los edificios. Es algo inseguro y antiestético», señala Adolfo López. Por su parte, Fernández Roque también lamenta esta circunstancia y señala que «entra dentro del paquete de demandas que tiene la Ciudad Vieja». «Es un conjunto de cuestiones y hay que acometerlas todas a la par», afirma.

Adolfo López añade la falta de pluviales como causa principal de «los ríos que se forman cuando llueve», ya que la canalización va directa a la calle.

El casco histórico espera todavía la segunda fase de la peatonalización de sus calles

El Ayuntamiento continúa sin concretar los plazos para dar comienzo a la segunda fase del proyecto de peatonalización de la Ciudad Vieja. El proyecto, que debería haberse resuelto hace un año, cuando se abrió al tráfico el túnel del Parrote, está parado y no hay expectativas entre los vecinos y comerciantes de que se resuelva a corto plazo.

La segunda fase supondrá la prohibición de circular a los no residentes en la Ciudad Vieja. Los vecinos podrán acceder a la zona, pero no aparcar -salvo que tengan garaje-. A Coruña sigue siendo la única de las grandes ciudades gallegas cuyo casco histórico está abierto al tráfico rodado.

Insistencia en el consorcio

La asociación de comerciantes Ciudad Vieja ha vuelto a insistir en la necesidad de crear un consorcio que gestione todas las demandas del casco histórico coruñés. «Si se hubiese creado muchos de estos asuntos ya se hubiesen resuelto», señala el presidente de los comerciantes, Adolfo López, que propone que el modelo que debería seguir la ciudad es el instaurado en Vigo en el 2005 con el Consorcio Casco Vello. «Nos estuvimos asesorando al respecto y el cambio que ha experimentado el casco histórico de Vigo en los últimos años es brutal. Aquí ya no es cuestión de crearlo solo para la Ciudad Vieja, sino que podría dar servicio a otras zonas del centro», afirma Adolfo López.