El escritor ha ganado el Premio Fernando Arenas por su libro de humor «¿Cómo somos los gallegos? Depende»
25 abr 2017 . Actualizado a las 05:00 h.El periodista y escritor Manuel Guisande desveló ayer en el programa Voces de A Coruña, de Radio Voz, las claves de su libro ¿Cómo somos los gallegos? Depende, con el que ha ganado el premio literario Fernando Arenas cuyo fallo se hizo público la pasada semana. «De fallo nada, un acierto total, que lo he ganado yo», puntualiza el autor sobre su libro, que se publicará en verano.
-En el libro explica cómo somos los gallegos.
-Son unos sesenta artículos de humor en los que hablo de que gallegos de verdad solo quedan en los pequeños pueblos y en las aldeas, porque las ciudades están muy americanizadas. Yo vivo en una aldea y allí descubrí cómo es el auténtico modo de pensar y de vivir del gallego.
-¿Y cómo es el gallego?
-Es el ser más listo del mundo. Como la CIA, pero en plan bien, te lo hacen soltar todo sin darte cuenta. Es como la música clásica, no se le entiende, se le interpreta. Y ser gallego no es nacer en Galicia. No somos ni una raza ni un pueblo. Cualquier persona puede ser gallego si se lo propone. De hecho, yo antes de nacer ya le dije a mi madre que quería ser gallego. Solo hace falta dominar dos palabras, que son boh y home. Eso es el 80 % para ser gallego, pero hay que añadirle el gesto y la mirada. Esas dos palabras pueden significar muchísimas cosas dependiendo de cómo se digan. El 20 % restante es no entender nada.
-¿Es un tratado sociológico sobre el gallego?
-Es un libro de humor, lo cual es fundamental para mí, porque escribo para pasármelo bien. Si me pongo a escribir una cosa seria me amargo, mientras que con el humor me río y disfruto. No hay nada más bonito que imaginar algo, pasarlo al papel y pensar que alguien lo va a disfrutar. Como cuando te cuentan un buen chiste y estás deseando encontrarte con un amigo para contárselo.
-Usted escribe de todo, tiene libros para niños, poemas...
-Depende del día. Te dices: «llevo un día tan infantil que casi mejor voy a escribir un cuento». Otro día haces un relato y así, poco a poco, te vas descerebrando, porque ya estamos en esa fase.