A Coruña cumple un año sin línea de contenedores en San Diego

Eduardo Eiroa Millares
E. Eiroa A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA CIUDAD

MARCOS MIGUEZ

Renfe no ha repuesto el servicio pese a las mociones y la presión empresarial

03 abr 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

En abril del año pasado salía el último tren regular de contenedores de la estación de San Diego. Para no volver. Este mes se cumple un año de la pérdida de un servicio que funcionó en la ciudad desde la inauguración de la terminal, a finales de los años 60.

En los últimos doce meses se sucedieron las peticiones para que Renfe repusiera ese tren. El Ayuntamiento aprobó, por unanimidad, una moción reclamando su vuelta y lo pidieron también la Cámara de Comercio y la Confederación de Empresarios, entre otros. De nada sirvió. Lo único que hizo la empresa pública fue llevarse las plataformas y los elementos útiles que allí había a otros destinos. Desde entonces crece la hierba entre las traviesas, y la grúa pórtico, sin uso, se deteriora.

El tren de contenedores funcionó durante muchos años con una frecuencia diaria, progresivamente reducida en los últimos ejercicios hasta dejarla, desde septiembre del 2014, en un único tren semanal que, además, en lugar de llegar en línea recta desde Barcelona a A Coruña por Monforte, se desviaba por Vigo, cargándole el sobrecoste al cliente.

El elevado precio fijado por la operadora -resultaba más barato mover contenedores en camión por carretera que hacerlo en tren- y el escaso servicio que ofrecía a las empresas -que dependían de un día fijo para recibir o enviar mercancías sin flexibilidad- acabaron por reducir la línea de contenedores a la mínima expresión y con Renfe amparándose en la falta de demanda para cerrar esos trenes. La situación de A Coruña es similar a la de otras terminales. En el año 2000 había más de 30 operativas en España, mientras que en la actualidad solo quedan diez.

En San Diego hoy solo se mueve carbón y madera, y cantidades menores de bioetanol. Pese a tener vías y sistemas para mover contenedores al lado del puerto, los tráficos de ese tipo fueron cayendo progresivamente hasta casi desaparecer en el 2014. Ese año solo se movieron 218 contenedores en San Diego frente a los casi 4.000 que salían y entraban en el 2008. La estación cuente con una nave cubierta de casi 9.000 metros cuadrados con cuatro dársenas que está sin uso desde hace años.

Un futuro entre la construcción de miles de viviendas y el transporte de cercanías

No está muy claro qué pasará con San Diego en el medio plazo. La terminal entra en la ecuación presentada en el 2004 para financiar el puerto exterior de punta Langosteira. En el convenio de ese año entre Ayuntamiento, Estado y Xunta, la estación se iba a convertir en suelo urbanizable sobre el que iban a crecer miles de viviendas. La venta de ese suelo a empresas privadas iba a permitir financiar en torno a 250 millones de euros de la obra del nuevo puerto.

Los convenios siguen ahí y el plan general la incluye en una gran bolsa de 377.000 metros cuadrados cuyo destino es la construcción de bloques de seis alturas.

Sin embargo, el gobierno local ya dejó claro que no tiene ninguna intención de dedicar ese espacio a nuevas promociones y que si estas aparecen, lo harán de un modo residual en el plan. De hecho, tanto la Marea como el BNG defienden que la estación de San Diego siga teniendo un uso ferroviario, si no para mercancías, como punto estratégico para conectar la ciudad con un entorno con una red de cercanías.

Es tipo de transporte es una vieja demanda para la que se han encargado reiterados estudios que nunca se han concretado en nada. A la espera de que se decida el futuro de la terminal, lo que sí se sabe es que actualmente está infrautilizada pese a contar con los medios para poder sacar de ella rendimiento. También parece claro que su futuro urbanístico no se vislumbrará a corto plazo, pues mientras no haya tren a Langosteira -pasarán años- el carbón tendrá que seguir pasando por las viejas vías.