Ferreiro aprueba en solitario el presupuesto al evitar el PSOE la moción de censura

Xosé Vázquez Gago
Xosé Gago A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA CIUDAD

Xulio Ferreiro, entrando en el pleno
Xulio Ferreiro, entrando en el pleno César Quian

El alcalde firmará hoy el decreto que da luz verde a la propuesta

07 mar 2017 . Actualizado a las 12:27 h.

El alcalde ya puede firmar el documento que aprobará de forma inicial los presupuestos del 2017. El plazo de un mes que tenía la oposición para presentar una moción de censura en su contra, la única vía que tenían para impedir que diese ese paso, finalizó ayer. Solos dos horas después de un pleno en el que la Marea volvió a lograr que saliesen adelante todos sus asuntos de gestión, mientras bloqueaba -con ayuda de la abstención del PSOE- las iniciativas políticas más dañinas para el gobierno, como la reprobación del edil de Urbanismo, Xiao Varela, o la propuesta para que construya el centro de salud de Santa Lucía como plantea la Consellería de Sanidade, ambas puestas en el tablero por el PP.

El PSOE apretó, pero no ahogó, y lo mismo hizo durante el último mes. Cuando el alcalde planteó la cuestión de confianza para aprobar las cuentas, los socialistas se la negaron, cambiando así su voto con respecto a la sesión de investidura. Pero no pasó de ser un gesto simbólico, porque el presupuesto se aprobaría igualmente si en el mes siguiente no había una moción de censura.

El PSOE rechazó desde el principio que fuese a dar ese paso, y solo inició conversaciones con el PP a iniciativa de la portavoz de los conservadores, que convocó a su homólogo socialista, José Manuel García, y al presidente de la gestora del partido, Florencio Cardador. Las conversaciones se limitaron a dos reuniones que no superaron la hora de duración -a la segunda no acudió García- y a algunas conversaciones más informales.

PP y PSOE, en disonancia

Las entrevistas no dieron ningún resultado. No se llegó a ningún acuerdo sobre temas estratégicos de la ciudad, y la posibilidad de formar un gobierno alternativo quedó enterrada cuando el PSOE planteó que no podía hacer alcalde a un candidato del PP, lo que solo dejaría a los conservadores la posibilidad de situar a un socialista -la tercera fuerza del pleno- al timón, lo que imposibilitó cualquier acuerdo.

A la vista del escaso peligro que suponen sus rivales, el alcalde viajó a Irlanda entre el jueves y el domingo de la pasada semana, cuando terminaba el plazo para presentar la moción de censura. El viaje, aparte de las entrevistas con cargos de la aerolínea Aer Lingus y diversos actos protocolarios, sirvió para demostrar al público su absoluta tranquilidad frente a una oposición desunida. Una sensación en la que la Marea abundó ayer con su estrategia en la sesión, marcando de cerca tanto a populares como a socialistas, casi equiparándolos a la hora de atribuirles errores del pasado y respondiendo a todos los ataques. Mientras el PSOE optaba por la abstención en los temas espinosos o mostraba cercanía al gobierno en asuntos como el futuro de Alfonso Molina.

Pero aunque esos gestos indican la tranquilidad del ejecutivo, la Marea también agitó el fantasma de la moción de censura para movilizar a sus bases con una intensa campaña en los barrios.

Presupuestos en marcha

Así las cosas, la Marea ha logrado aprobar de forma inicial sus primeros presupuestos vírgenes de retoques de la oposición, en cuyas filas se teme que quizá haya salido más tocados de este trance que el gobierno local por su incapacidad para plantear una alternativa. Ahora deberán ser publicados en los boletines antes de que se abra el período de 15 días para presentar alegaciones. Una vez informadas, el documento volverá al pleno para su aprobación definitiva. Todo indica que esos trámites quedarán listos cuando abril ya esté bien avanzado, por lo que tanta tensión política solo servirá para que las cuentas entren en vigor con un retraso de cuatro meses, algo menor que en el 2016.

Los avisos de cambio

Claro que habrá más batalla. El PSOE ya ha anunciado que presentará alegaciones al texto, con el fin de evitar el recorte de 821.000 euros en los convenios con 74 entidades sociales, culturales y deportivas de la ciudad. Todo indica que los populares, que han anunciado su oposición a esa medida, harán lo mismo. Pero será difícil que sus reclamaciones prosperen, ya que en esta fase solo es posible hacer cambios técnicos en el documento.

Podrán plantear los cambios más adelante, cuando el gobierno local inicie trámites para modificar el presupuesto, pero dependerán de la iniciativa del ejecutivo, que tiene en su mano plantear cómo y cuándo los inicia.

El mes de la moción de censura concluye por lo tanto con un gobierno local en minoría más absoluta que nunca, ya que todo el proceso ha abierto aún más la brecha con los socialistas, que son sus socios naturales. Pero al mismo tiempo tiene enfrente a una oposición más desunida que nunca, incapaz de llegar a acuerdos en ningún asunto estratégico. La fragmentación del pleno, que durante todo el mandato ha dificultado la gestión del Ayuntamiento, solo se ha visto agravada durante este período de incertidumbre, que deja un presupuesto aprobado, pero ninguna solución a los problemas de fondo de María Pita.