Los ultramarinos «tienen futuro»,  dicen los cuatro últimos

Rodri García A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA CIUDAD

PACO RODRÍGUEZ

Alguno tiene más de un siglo y todos se han adaptado a los nuevos tiempos con productos de calidad y una gran cercanía a los clientes

23 ene 2017 . Actualizado a las 10:31 h.

«El dinero no da la felicidad así que gásteselo en Casa Cuenca...». Así arranca la ocurrente invitación que cuelga en el escaparate de este ultramarinos, en la calle Marqués de Pontejos. Es uno de los cuatro últimos de la ciudad y uno de sus propietarios, Javier Mosquera (el otro es Francisco Rodríguez), es rotundo al augurar que este tipo de establecimientos «tiene futuro, si se llevan con criterio profesional, porque cada vez se va más a la tienda gourmet».

Francisco Rodríguez y Javier Mosquera de Casa Cuenca
Francisco Rodríguez y Javier Mosquera de Casa Cuenca PACO RODRÍGUEZ

Evoca como cuando en 1953 su tío Juan Vázquez Souto se hizo cargo del ultramarinos era habitual que fueran a buscar algunas mercancías al Riojano «que entonces era distribuidor». Este local, ubicado en el número 47 de la calle del Orzán, lo lleva ahora María Isabel Anidos: «Soy la quinta generación, 120 años dan para mucho», bromea. Y es que la apertura de este ultramarinos, obviamente por parte de «un hombre que vino de La Rioja», data de 1896. Relata Isabel como luego lo compró el coruñés Cleto Ramos y después pasó a Francisco López Seijo, «tío-abuelo mío, a su sobrino José Anidos López» y finalmente a ella que lleva «27 años trabajando aquí y al frente desde hace ocho».

Isabel Anidos de El Riojano
Isabel Anidos de El Riojano

Relata Isabel como abastecían a clientes de Mera o Santa Cruz, para lo cual disponían de dos camiones Ebro. Era algo que también hacían desde Casa Cuenca donde Javier recuerda como vendía mercancía a diversos lugares del área metropolitana y la enviaban en los buses interurbanos, que llegaban hasta Correos. Y es que el transporte está en el origen de este tipo de locales, explica Antonio Álvarez, responsable del ultramarinos El Mundo, «casa fundada en 1953 por Juan Antonio Álvarez Escudero», el padre de Antonio, dice uno de los carteles que, mezclados con fotos antiguas, cuelgan del escaparate. Los ultramarinos los abrían los maragatos «que venían aquí con verduras y se llevaban el pescado, pero la llegada del tren acabó con ellos» y evoca como Jerónimo Morán, que era de Rabanal del Camino (León), abrió en 1923 un local en Santa Cataliña 17 y se trajo como ayudante a un vecino, Nicanor Escudero, «y él se traería después a mi padre». Esa sucesión de padres a hijos se da en Ferreiro, el ultramarinos de la calle San Diego, en A Gaiteira, donde Laura compagina la tradición con la venta a través de Internet de sus productos gallegos. Y es que hay futuro.

Casi cien locales en la ciudad entre los año 1882 y 1944

Laura  y Víctor Ferreiro de Casa Ferreiro
Laura y Víctor Ferreiro de Casa Ferreiro PACO RODRÍGUEZ

En 1948 el hermano mayor de los Ferreiro llevó a la ciudad y abrió Ultramarinos Cubanos, un establecimiento que estaba en la entonces avenida de Finisterre. Luego trajo a su familia y los ocho hermanos llegaron a tener cada uno su local en distintos barrios. Y es que entre los años 1882 y 1944 la historiadora Beatriz López Morán llegó a contabilizar casi cien ultramarinos en A Coruña, según señala Antonio Álvarez, de El Mundo. Uno de los últimos que cerró fue el de Aniceto Rodríguez, en el Cantón Pequeño, si bien el suelo de su local y parte del mobiliario puede verse en el Marita Ron, tradición y modernidad.