El «checkpoint» de Correos

Sandra Faginas Souto
Sandra Faginas CRÓNICAS CORUÑESAS

A CORUÑA CIUDAD

15 dic 2016 . Actualizado a las 13:35 h.

Tengo una buena amiga, Carmen, que vive en México, pero vuelve a casa siempre por Navidad y cuando nos reencontramos es quien mejor me cuenta las novedades coruñesas porque ve nuestra ciudad con perspectiva y pulsa como nadie los cambios que surgen en los once meses que está fuera. Seguro que este año hablaremos del «barrio Inditex» (antes plaza de Lugo), pero como Carmen está a punto de llegar, necesito alertarla para que no se asuste cuando llegue al checkpoint de Correos y vea que un policía le da el alto. Porque si bien puede parecer una película -que como ha contado Antía Díaz Leal, aquí ahora ruedan muchas- esto no es ficción, aunque detrás del checkpoint haya una bola que es la Estrella de la Muerte. «Carmen, esto es real, no es exactamente el Checkpoint Charlie, ni como el de Gibraltar, pero ya tenemos nuestro checkpoint que nos cierra y nos divide a lo grande».

Policía Local controlando el tráfico en la Marina
Policía Local controlando el tráfico en la Marina PACO RODRÍGUEZ

Hasta ese punto caliente hay una Coruña, y si quieres cruzar al otro lado, a la Ciudad Vieja, a María Pita, al Parrote... es probable que tengas que llegar a las Pajaritas para volver a esa frontera, en la que hay un policía haciendo su trabajo. Que es dejar pasar solo a los buses, a los taxis, y a los residentes. Y aquí está el quid de la cuestión, que de repente a la Ciudad Vieja le van a salir más residentes que a Vioño y todos vamos a querer un carné con pedigrí (ya cotizan en el mercado negro). Porque no hay nada que le guste más a un coruñés que saltarse una prohibición con su coche. Bueno, pues en ese checkpoint es posible que empiecen a surgir excusas esencialmente coruñesas para acceder a la Coruña Occidental: «Agente, voy un momentito a la Penela, que encargué una tortilla y es un segundiño»; «agente, tengo que pasar porque mi suegra, Carmucha, vive sola y necesito llevarla al médico», «agente, voy a la Real Academia a recoger unos libros que pesan un montonazo»; «agente, voy a la iglesia de Santiago a casarme y en media hora estoy fuera».

 Y claro, ahora al policía le han salido una cantidad de controladores de su oficio, porque desde que la construcción ha caído, los jubilados vigilan menos obras, así que no es fácil hacer el turno en el checkpoint sin que un coruñés de pro no inspeccione esa otra vigilancia policial. Esto es un poco absurdo, Carmen, pero como ya sabes a lo largo de la vida a los policías coruñeses les toca un punto «hot». Hubo una época que tuvieron que controlar la bandera española en el paseo; otro estuvieron vigilando el barco de Lavedra; otro la L de «La Coruña» en el reloj de Méndez Núñez; otro la bola del monte de San Pedro... Y el checkpoint suma otro destino complicado. Eso sí, lo bueno es que los coruñeses sabemos que antes o después el control desaparecerá y la vida volverá a ser como antes. Sin fronteras. Y vosotros... ¿de qué lado estáis?