El tercer atasco de la semana revela la urgencia de ampliar Lavedra

E. Mouzo A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA CIUDAD

César quian

Las retenciones por el siniestro de ayer llegaron hasta O Seixal y Bastiagueiro

23 sep 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

La avenida Alfonso Molina continúa mostrando, un día sí y otro también, sus carencias ante cualquier pequeña incidencia que se produce en la vía para acoger el tráfico que circula por Lavedra, la principal arteria de entrada y salida de la ciudad. Ayer, y fue el tercer día de esta semana, el atasco que se montó fue monumental. Todo ocurrió minutos después de las ocho de la mañana, cuando se produjo un accidente en el acceso desde la AP-9, la autopista que une A Coruña con Santiago, en el carril izquierdo en sentido entrada a la ciudad.

En el siniestro se vieron involucrados dos vehículos y una moto, cuyo conductor sufrió heridas de pronóstico leve. Tanto los coches como la motocicleta fueron retirados de forma inmediata gracias a la rápida intervención de la Guardia Civil de Tráfico. Pero aún así, las retenciones no se hicieron esperar, y el efecto dominó provocó que las paradas intermitentes se convirtiesen en colas, problemas en la circulación que se alargaron durante más de una hora, hasta pasadas las nueve de la mañana.

Las dificultades para circular afectaron además de a Alfonso Molina a la AP-9, llegando las colas en esta vía rápida hasta el kilómetro 3. También sufrieron las colas los conductores que transitaban por las carreteras de las playas, en donde los problemas llegaron hasta Bastiagueiro. De la misma forma se registraron retenciones en la N-VI, hasta la altura del viaducto de O Seixal. La carretera que une A Pasaxe con O Burgo también notó la escasa capacidad de absorción de tráfico de Alfonso Molina, al igual que las vías interiores de la ciudad.

Pero este no fue el único problema de tráfico que sufrió Alfonso Molina durante esta semana. De hecho, el lunes, sobre las cuatro y cuarto de la tarde tuvo lugar un accidente en el que se vieron implicados cinco vehículos. En esta ocasión fue a la altura del desvío hacia el polígono de Pocomaco y las retenciones y las colas se alargaron durante aproximadamente una hora.

El martes, sobre las ocho y media de la mañana, se volvió a registrar una colisión múltiple entre cuatro coches. Fue a la altura de la Coca-Cola. Los coches fueron retirados rápidamente al arcén, y los agentes de Tráfico llegaron de inmediato y comenzaron a regular el tráfico. Aún así las retenciones y las colas no se hicieron esperar.

Estos problemas traen de cabeza a los conductores. «No llegas a tu hora a los trabajos, ni a los médicos...», se quejan.

Otro año de retraso tras el cambio de gobierno en María Pita

El proyecto de ampliación de Alfonso Molina, que permitiría aliviar la circulación en casos de picos de intensidad de tráfico, acumula años de retrasos. Los últimos se deben a los cambios políticos. En el anterior mandato el plan estaba encarrilado, pero la llegada del nuevo gobierno local a María Pita frenó a inversión porque quiso renegociar la obra para incluir elementos denominados de humanización. Sí se atendieron finalmente, por parte de Fomento, algunas de sus demandas, pero esa negociación, no siempre fácil, demoró un año la obra, el tiempo que se tardó en sellar el acuerdo. Ahora lo hay, pero el problema es otro y está en Madrid. En primer lugar porque los gobiernos en funciones no suelen decidir grandes inversiones, y en segundo porque cambió la cabeza de Fomento y con ella, seguramente, las prioridades.