Artesanos dice que está «al límite» por el impago de la ayuda municipal

Rodri García A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA CIUDAD

César Quian

La deuda es de 95.000 euros y los empleados llevan seis meses sin cobrar

21 sep 2016 . Actualizado a las 10:21 h.

«Estamos desesperados y la sociedad está al límite». Así resumen desde la junta directiva del Circo de Artesanos la actual situación de la centenaria entidad. Y es que, según dicen, llevan meses esperando para cobrar una ayuda municipal de 95.000 euros. Esto provoca, entre otras cosas, que los cuatro trabajadores del centro lleven seis meses sin percibir sus salarios.

En estos momentos los responsables de Artesanos tienen una esperanza: «Que nos paguen antes de que empiecen las actividades que el Ayuntamiento organiza en el centro». El inicio de dichas actividades está previsto para el próximo lunes, día 26. Las instalaciones de Artesanos en la calle San Andrés funcionan como un centro cívico municipal en el cual desde el gobierno local ofertan las actividades habituales de estos centros.

La cesión de varios locales de Artesanos al Ayuntamiento coruñés fue en su día una solución para la maltrecha economía de la institución que de esta manera obtenía unos ingresos. Durante un tiempo esa cesión funcionaba como si se tratara de un alquiler y el centro recibía una cantidad por este concepto. Sin embargo, el anterior gobierno municipal del Partido Popular cambió la fórmula de dicho alquiler por una subvención que, según fuentes en la institución, tienen que solicitar cada año.

La concejala de Xustiza Social, Silvia Cameán, habló hace poco con los responsables de Artesanos y «me dijo que no me preocupara», apunta el presidente de la entidad, Alfredo Rodríguez. Mientras desde el Ayuntamiento decían en la tarde de ayer que estaban pendientes de ver cómo estaba dicho pago, desde Artesanos decían que con ese dinero cumplirían las obligaciones que tienen como es el pago a los empleados y a la Seguridad Social. De todos modos, «no le veo mucho futuro al centro, está muy complicado», reflexiona. Y es que la mayor parte de los cerca de 180 socios son personas mayores y la gente joven solo se hace socia para poder tener acceso a la biblioteca de la entidad en la que unos estudian y otros preparan oposiciones. Una vez acabados dichos estudios se vuelven a dar de baja.

En cuanto a las actividades que hace el centro, desde la directiva reconocen que son escasas; esto es debido a que la oferta que promueve el Ayuntamiento es con unos precios mucho más bajos para los usuarios por lo cual los profesores que las impartían las han dejado «y solo nos queda la profesora de sevillanas de toda la vida». También los bailes de los sábados y domingos han perdido afluencia.

Cuatro personas esperan ocho pagas

El Circo de Artesanos tiene en estos momentos cuatro empleados, de los que dos de ellos llevan 38 años trabajando en el centro. Los otros fueron contratados el año pasado. «Al acabar este mes nos estarán debiendo ocho salarios, si es que no nos pagan a finales de este mes», apunta uno de dichos empleados. Y es que a los seis meses que les adeudan se suman la paga que tienen en marzo, cuando se cumple en el aniversario de apertura de la entidad, y la extra del mes de julio. Todo esto se ha complicado con la baja de uno de los empleados. El año pasado ya habían vivido una situación similar y acabaron cobrando a finales del mes de octubre.

Una entidad camino de los 170 años que en sus inicios pagaba las fiestas de agosto

Las puertas del salón del Circo de Artesanos se abrieron por primera vez al mediodía del 19 de marzo de 1847. Era el resultado de la iniciativa de un grupo de amigos que tuvieron la idea y se concretó en «80 socios anotados y 40 que fueron rechazados por no considerarlos adecuados para institución». Esto lo recordaba en el aniversario del año pasado una de las componentes de la actual junta directiva.

Inicialmente la cuota que pagaba cada socio era de una peseta al mes (actualmente es de 20 euros) y los promotores de la entidad alquilaron un local para sede de la entidad en el número 10 de la calle Espoz y Mina pagando por el mismo «360 reales al mes», según recogían las actas de la entidad. Con el paso de los años, el Circo de Artesanos fue ganando peso en la ciudad hasta el punto de que en 1891 era el que subvencionaba las fiestas municipales del mes de agosto con una cantidad de 500 pesetas.

Durante aquellos años entre los socios de Artesanos estaban personajes ilustres de la ciudad como Emilia Pardo Bazán. Y a mediados del siglo pasado, cuando en 1947 celebró el centenario, se produjo un hecho curioso como fue que los componentes del coro Cántigas da Terra, que actuó en la conmemoración, «aí se puxeron a cantar o Himno Galego», evocaba Moncho do Orzán, archivero del coro.

El acuerdo de ubicar en Artesanos un centro cívico que ocupa unos 350 metros se firmó el año pasado, el 19 de marzo, poco antes del cambio de gobierno municipal, y tenía vigencia por 15 años, si bien después fue modificado el convenio.