«Sufrí una muerte súbita y gracias a ellos, que empezaron a reanimarme, ahora estoy vivo»

R. G. A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA CIUDAD

20 sep 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Hasta hace unas semanas, Ramón Souto, Moncho como es conocido, estaba cada día a las siete y media de la mañana en la playa de Riazor. «Ahora, como a esa hora todavía es de noche, voy sobre las ocho y media», explicaba ayer este lucense -nació en 1950 en Ferreira de Valadouro-, que desde hace medio siglo vive en A Coruña y trabajó 44 años en una fábrica de pinturas. Durante uno de los rescates llevados a cabo este verano por los socorristas de dicho arenal contaba ayer su experiencia: «Ya me dijeron en la Residencia [el Chuac] que ahora tengo dos cumpleaños, el mío, que es el 3 de marzo, y el del día que me salvaron, que fue el 5 de agosto del año pasado». Además se sabe las historias de otros bañistas que fueron rescatados por los equipos de salvamento.

-¿Qué ocurrió ese día?

-Estaba aquí [en la playa de Riazor] y acababa de bañarme. Habían venido unos amigos y me puse a hablar con ellos. Era un día de sol y me cambié el bañador. Estaba hablando con ese matrimonio y caí al suelo redondo. No me acuerdo prácticamente de nada, solo algo de cuando iba en la ambulancia y luego cuando estaba subiendo para el quirófano...

-¿Por qué al quirófano?

-Me hicieron un cateterismo y me metieron stent. Hacía dos años que me habían puesto una válvula aórtica pero en el mes de febrero había ido a hacer la revisión y el cardiólogo dijo que estaba perfectamente. El problema fue una arteria que al parecer fue atascándose y me provocó eso que llaman la muerte súbita.

-¿Se salvó gracias a la ayuda de los socorristas de la playa?

-En el hospital me decían: «Si te pasa esto y no llegan a estar los socorristas estarías muerto y si te pasa durmiendo ya ni te enteras». La suerte fue que estaban ahí los socorristas y eso que eran las once menos veinte de la mañana. Si no llegan a estar no lo cuento... Ellos empezaron a reanimarme, los de la ambulancia siguieron con la faena y la terminaron en la Residencia.

-¿Tardó mucho tiempo en recuperarse?

-Eso fue el 5 de agosto y a finales de mes ya estaba aquí en la playa nadando otra vez.

-¿Ahora hace vida normal?

-Sí porque me dijeron que lo que pasó está arreglado y llevo una vida normal, aunque con cuidado. Porque lo que me pasó a mí es una muerte súbita que, según me explicaron los médicos, es un grado más que el infarto. La suerte es que de esta si te salvas el corazón no queda dañado, mientras que con el infarto puede quedar.