La campaña de digitalización ha permitido rescatar fotografías, revistas, libros y otros fondos de particulares
05 sep 2016 . Actualizado a las 05:00 h.«Calquera persoa custodia, aínda sen decatarse, un arquivo persoal ou familiar que pode ter valor histórico». Con esta idea la Real Academia Galega puso en marcha, el pasado mes de mayo, una campaña de digitalización gratuita de documentos particulares de interés histórico. El resultado está siendo sorprendente, ya que hasta el momento ha permitido rescatar de los archivos familiares verdaderas joyas. «Unha muller tróuxonos dous tomos da revista Alborada que publicaba o centro galego de Montevideo e que ten historias moi interesantes», explica Mercedes Fernández-Couto, directora del archivo de la RAG. Se trata de María Rosa Martínez Gandos, que había nacido en A Coruña aunque emigró siendo un bebé y consta como nacida en América. Además de ceder dichos volúmenes a la Academia, la mujer ha sido testigo directo del funcionamiento de ese centro gallego, unas vivencias que serán recogidas en el archivo de la RAG.
Las tarjetas de baile, las que se usaban para llamar por teléfono, carnés de fútbol o de seguridad sanitaria y «dentro de nada as tarxetas de voda» son otros elementos que hasta hace unos años formaban parte de la vida diaria y ahora son objetos históricos.
Siguen en poder de sus dueños
Desde el archivo de la Academia expresan su satisfacción por los resultados de esta campaña, puesta en marcha con motivo del Día Internacional de los Archivos, y apuntan que la misma habría merecido la pena solo por la recuperación del libro de homenaje a Francisco Tettamancy, un ejemplar único. Estas obras siguen en poder de sus dueños, pero la Academia las digitaliza y con ello puede facilitar el acceso de los mismos a los estudiosos. Es el caso de otro de los cuadernos que les han hecho llegar, que es finales del siglo XIX y en el que se recogen detalles de las fiestas que tuvieron lugar el 25 julio en la comunidad gallega de Madrid. Con todo ello, la RAG sigue aumentando sus tesoros históricos, «máis de 150 fondos documentais conservados en 1.100 caixas que ocupan aproximadamente 165 metros», detallan.