No unánime al cambio en los presupuestos

Xosé Vázquez Gago
Xosé Gago A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA CIUDAD

EDUARDO PEREZ

La renta social municipal sale aprobada con el voto favorable de Marea, PSOE y BNG y la abstención del PP

13 ago 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Pronóstico inestable y con tendencia a empeorar. Así está la política municipal en A Coruña. Hace un año, PP y BNG tumbaron el primer cambio en el presupuesto de la Marea con la abstención del PSOE. Este agosto el resultado ha sido peor para el gobierno local, que se quedó solo con sus diez concejales frente al no unánime de los 17 (14 por vacaciones) de los otros grupos.

El rechazo de toda la oposición a los planes económicos del gobierno fue la principal sorpresa de un pleno bronco y por momentos maleducado, en el que se aprobó de manera definitiva la renta social municipal y, de forma inicial, varios cambios en la ordenanza de la ORA que también suscitaron quejas unánimes de la oposición, aunque en este caso por ser poco ambiciosos.

La renta municipal

Unidos en lo social. El pleno arrancó con el debate de la renta social municipal, uno de los proyectos estrella del gobierno local, que contó con el respaldo del PSOE y BNG y la abstención, pese a las pegas que puso al texto, del PP. Su aprobación definitiva con tal respaldo es un éxito de la Marea, que podría haber sido mayor sin el posterior batacazo del cambio en el presupuesto y, como ocurrió con los presupuestos en mayo, sin las sombras de un feroz enfrentamiento dialéctico con la oposición, el PP en este caso. En su primera intervención, después de que el popular Miguel Lorenzo criticase «prisas por las elecciones» para aprobar la norma y la falta de informes detallados sobre el impacto económico de la renta, la titular de Xustiza Social, Silvia Cameán, entró a matar con la Picachu, el túnel del Parrote, las privatizaciones, el recate a la banca... «Sabemos quen son vostedes os que non vían a cara dos que non tiñan pan para levarse á boca», espetó a Lorenzo.

El choque se quedó en solo eso, y Cameán ni llegó a explicar cuántas personas se beneficiarán de una renta que solo al final de su discurso calificó de «medida histórica». Terminó con una lista de agradecimientos a técnicos y otros colectivos que colaboraron en la redacción del texto.

Entre ellos no figuraba el interventor, que en otro informe emitido ayer insistió en su advertencia de que «ni a priori ni a posteriori» comprobará «ninguna justificación de gasto» de los beneficiarios de la renta social, ya que la ordenanza no lo exige.

La socialista Silvia Longueira se unió a los ataques al PP, criticando la «maldad» de sus política económica. Aunque también comparó, sin citarla, a Cameán con Evita Perón. Tanto Longueira como la nacionalista Avia Veira, que aseguró haber «mellorado un texto excluínte», destacaron sus aportaciones. Pero la norma es casi en su totalidad producto del departamento de Cameán, y su nombre está ligado desde antes de las elecciones a la Marea. Si funciona, en el imaginario popular será mérito de los de Ferreiro. Si no funciona, su paternidad será más discutida.

El cambio en las cuentas

Divididos en lo económico. La sombra para el gobierno fue el debate del modificativo de crédito de 2,4 millones que, como en el 2015, llegó al pleno sin apoyos claros. No tuvo ninguno. Las críticas de Avia Veira, el socialista José Manuel García y la portavoz del PP, Rosa Gallego, sacaron de quicio a la concejala de Facenda, Eugenia Vieito, que empezó su réplica afirmando que «aproveitan para botar merda pola boca» en el pleno. Nadie pidió que se retirase del acta esa expresión.

Veira les acusó de «incumprir o seu programa electoral» por destinar dos millones a facturas atrasadas de la Compañía de Tranvías sin haber fiscalizado la concesión. García le recordó el incumplimiento de acuerdos y mociones, y el aumento del paro: «A Coruña ha pasado de ser la ciudad tractora de Galicia a ir en el vagón de cola». Gallego les acusó de «falta de gestión», «insolvencia», no dar licencias ni pagar facturas ni certificar obras», de dedicarse «a viajar y a organizar candidaturas para las autonómicas en vez de a gobernar».

Vieito aseguró que esos dos millones de Tranvías, correspondientes a facturas del ultimo tercio del 2015, cuando Marea ya gobernaba, lastran la gestión económica, y culpó al PP de no haberlos incluido en sus presupuestos. Gallego le replicó que podrían haberlas incluido en el cambio de presupuesto que se aprobó en noviembre, «tras pedir un crédito de 11 millones que les permitió irse de vacaciones».

La normativa de la ORA

El problema por venir. Entremedias se discutieron cambios en las normas de la ORA. Salieron adelante con el sí del gobierno y la abstención de todos los demás, que anunciaron un chaparrón de alegaciones. Si el debate de la renta fue duro, el de la ORA no anduvo lejos. Avia Veira felicitó «con ironía» al titular de Mobilidade, Daniel Díaz, por su primera decisión en «un ano e dous meses». Ella, la popular Begoña Freire y la socialista Yoya Neira le acusaron de falta de ambición y preguntaron quién va a cobrar el recargo por anular las multas, la empresa o el Ayuntamiento. No quedó aclarado. Neira, en una intervención muy aplaudida, desmontó la política de Mobilidade, acusando a Grandío de «inacción», de hacer «una ordenanza de mínimos como su política» o de no coger el teléfono a los empleados de Tranvías «como hacía el PP» con otros colectivos. Grandío no contestó y fue contra los populares con más Picachu y unas cuentas «troll» de Twitter. También advirtió que si se amplía la zona verde de la ORA quizá haya que compensar a la empresa, lo que aún ocasionó más críticas.