El perfil del parado menor de 30 es una mujer con estudios superiores y experiencia laboral
17 jul 2016 . Actualizado a las 05:00 h.El desempleo juvenil es una realidad en la provincia de A Coruña, con una tasa de paro del 28,2?%, que afecta a 2.249 personas solo en la ciudad herculina y a unas 4.000 en la comarca. Lo que no es tan novedoso es el perfil del desempleado joven que, según los últimos datos del Ministerio de Empleo y el Instituto Galego de Estatística (IGE), apuntan a una mujer con estudios superiores que ya ha trabajado antes y que lleva entre 1 y 6 meses inscrita como demandante de empleo.
Las mujeres de entre 16 y 29 años lideraron el desempleo en junio en municipios tan importantes como A Coruña (el 50,2 ?%), Carral (51,3 %), Culleredo (51,8 ?%) o Betanzos (53,8 ?%), mientras que en otros como Miño o Vilasantar la cifra es la misma para ambos sexos. A Coruña es, además, la provincia gallega que más jóvenes desempleados tiene, un total de 20.100 (el 37,4 ?% de los parados jóvenes de Galicia), seguida de Pontevedra, el 36,2 ?%; Lugo, el 13,6 %, y, finalmente, Ourense, el 12,6 %, según los datos del IGE correspondientes al primer trimestre del año. No obstante, la tasa de paro juvenil en la provincia es tres puntos inferior a la media gallega, que asciende al 31,4 %.
El empleo es temporal
El instituto gallego revela que la mayoría de los jóvenes de la comarca ?en este caso los menores de 25 años? llevan un período de más de 1 mes o menor o igual a 6 meses buscando trabajo, como ocurre en A Coruña, Arteixo, Cambre y Oleiros. Además, según se extrae de los resultados del primer trimestre, entre los desempleados menores de 30 de la provincia dominan los que ya han trabajado alguna vez.
Este dato denota un problema común entre los jóvenes de todo el país: la temporalidad de los contratos. «O que eran antes traballos de temporada de verán para sacar uns cartiños para o curso converteuse no emprego habitual», explica Demetrio Vázquez, secretario comarcal de CC. OO, quien añade que «os minijobs dos que se falaba antes en Alemaña xa están totalmente implantados na economía».
Según el representante sindical, «a precariedade é absoluta neste momento» debido a «condicións abusivas e incumprimento dos contratos a tempo parcial, con xornadas que se transforman en completas por riba do máximo legal e non se percibe nada polo traballo extra», afirma. Añade que las empresas «non están facendo contratos de relevo á xente que se xubila, senón cargando de traballo aos que xa están». Vázquez achaca esta situación a la legislación de los dos gobiernos desde el inicio de la crisis. «Puxeron nas mans das empresas toda a regulación das relacións laborais, e agora estas aprovéitanse da situación».
El sector empresarial también tiene su visión. Óscar Valcuende, directivo de la Confederación de Empresarios de A Coruña (CEC), opina que «lo que está cambiando, aunque no lo queramos reconocer, es el mercado laboral». «Ya no se contrata por años, sino por proyectos, y esto es el futuro», asegura. «Nos pasa a los autónomos día sí y día también cuando queremos contratar. Como arquitecto, si me encargan una casa, que tiene una duración de 3 meses de proyecto, no me veo con fuerzas de contratar de forma indefinida si no tengo un volumen de trabajo continuo», explica.
«El problema», prosigue Valcuende, «es que las grandes empresas, que son las que crean trabajo estable, se están aprovechando de alguna política más bien enfocada a pymes y a autónomos y tampoco crean trabajo indefinido».
Elevada formación
El último aspecto que delimita el perfil de los parados jóvenes en A Coruña es la formación. Más del 35 % de los menores de 30 años desempleados en la provincia cuentan, según el IGE, con estudios de grado superior: 7.100 personas, de las que el 66,2 % son mujeres. Esto supone que los jóvenes parados coruñeses poseen una formación superior a la media de los desempleados gallegos, entre los cuales predominan los que cuentan con secundaria. Un dato que contrasta con la elevada cifra de desempleo juvenil.
Un caso común en muchos jóvenes en paro en A Coruña es tener que recurrir a las prácticas formativas para poder «poner un pie» en el mundo laboral, tal como explica Carlos Facal, biólogo de 27 años que pasó años encadenando becas formativas hasta que una empresa lo contrató. «En Londres, claro, porque eso en España no pasa y en A Coruña, menos», afirma. Otros, como Lara Pérez, trabajadora social de 23, no pierden la esperanza tras haber pasado por varias empresas. «Hay que intentarlo», cuenta, «porque lo peor es quedarse en casa esperando a que el trabajo te caiga del cielo».
Miles de convenios de prácticas
Instituciones como la Unión Europea, el Ministerio de Educación o la Xunta de Galicia, además de las universidades y las entidades privadas, tienen en marcha varios programas de becas para trabajar en España y/o en el extranjero.
En A Coruña muchos jóvenes se benefician de las Feuga (Fundación Empresa-Universidad Gallega) y las Fuac (Fundación Universidade da Coruña), que solo en el mes de junio cerraron 300 y 633 convenios de prácticas, respectivamente, la primera en Galicia y la segunda en toda España, siendo la comunidad gallega la de mayor número de beneficiarios.
Según Óscar Valcuende, directivo de la CEC, son también importantes los «planes de mentalización» que llevan a cabo tanto la Xunta «mediante los programas del Igape» como su propia entidad. Valcuende colabora también con la Fundación Princesa de Girona y con Youth Business Spain, este último «más enfocado a jóvenes emprendedores o a personas que quieren crear su propia empresa». «Hay políticas reales que complementan a la formación universitaria que creo que están funcionando», señala.
La Cámara de Comercio de A Coruña, por su parte, también cuenta con dos planes en marcha de apoyo al empleo juvenil. Uno es el Programa Integral de Cualificación y Empleo (PICE), que ofrece formación específica y adaptada a las demandas de empleo de las empresas y en cuyo marco estas últimas también pueden solicitar ayudas de 1.500 euros para contratar a jóvenes cualificados. Y finalmente EmerJe, con itinerarios de emprendimiento juvenil para que aprendan a crear su propio negocio.