Moncho Rey, el tabernero de siempre, el que apostó por la sencillez y la amistad

A CORUÑA CIUDAD

Propietario del mesón A Coruña, camionero, taxista y gran cocinero

08 jul 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Ramón Rey Pérez, Moncho, fue un referente en la ruta de las bodegas de A Coruña porque fue un aprendiz aventajado. Desde niño vivió la técnica de servir tazas de vino al frecuentar la taberna-estanco de sus abuelos, en Arceo, en el término municipal de Boimorto.

Su forma de querer ser algo más en la vida, lo que hoy denominan emprendedor, le llevó a pensar que en su aldea natal no estaba su futuro y viajó, casi sin nada, hasta A Coruña. Ya en esta ciudad decidió que su mundo no estaba detrás de una barra y en vez de una jarra de vino puso en sus manos el volante de un camión.

Viajó por toda España. Pero su inquietud y su amistad por los suyos le hizo asentarse en la ciudad, y de nuevo asiendo un volante, pero el de un taxi, una etapa que se alargó durante unos veinte años.

Sin embargo «o que nace taberneiro, taberneiro morre», dijo Moncho hace unos siete años en una entrevista para La Voz de Galicia. Y así murió, a los 76 años de edad, el pasado miércoles, siendo uno de los grandes maestros coruñeses sirviendo vino y cocinando los mejores cocidos, callos, fabadas, caldeiradas de pescado... que se saboreaban en la ciudad.

Moncho, con su fuerte voz que entrañaba el amor hacia sus clientes y amigos, fue el padre de tres hijos, de Beatriz, de David y de Ramón. Por las venas de sus dos vástagos corre, en forma de sangre, la hostelería. David continúa regentando el Mesón A Coruña, en la calle Monte das Moas. Ramón cambió las tazas por los sofisticados combinados abriendo El Antiguo, en la calle Emilia Pardo Bazán y, además, es el director comercial de la sección de vinos de Estrella Galicia.

Hoy se celebrará, a las 20.30 horas, el funeral por Moncho en la iglesia del Carmen, en la rotonda de los Castros.