De las urnas a la romería del Rocío

Rodri García A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA CIUDAD

Componentes de la Casa de Andalucía votaron con traje de faralaes en un día familiar y sin apenas incidentes

27 jun 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

El día nació azul pero pronto se volvió gris. Minutos antes de las nueve de la mañana media docena de personas esperaban la apertura del colegio electoral en la Ronda de Nelle. Eran de los pocos madrugadores. A esa hora calles casi vacías. Una furgoneta repartía pan en la Sagrada Familia. Entre los votantes del Palacio de la Ópera una mujer con vestido de faralaes. No era la única. Poco antes de las diez, ante la sede de la Casa de Andalucía se reunía un grupo de ellas. Se iban a la romería del Rocío que desde hace diez años celebran en Oza-Cesuras. La presidenta, Encarnación del Real, apuntaba: «Lo hacemos siempre el último domingo de junio». Calculaba unas 300 personas las que participarían en la celebración.

A las once votaba en la ciudad el cabeza de lista de En Marea, Gómez Reino. Momentos después de su marcha, pasaban varias personas elegantemente vestidas. Iban hasta la iglesia de los dominicos. «¿Esto es una boda o un bautizo?». «Es un bautizo y ya lo habíamos puesto mucho antes que ellos», explicaba una de las asistente a la celebración.

Poco antes del mediodía votaba Miguel Lorenzo (PP) en el colegio de Federico Tapia. Allí, una pareja acudía con su hija, el patín de la pequeña y el perro. A poco tiempo llegaba otra familia con dos hijos. «Hay que enseñarlos desde pequeños», bromeaba uno de los apoderados.

Los mayores están habituados pero aún así no fallan: «¡Claro que irei!», anunciara Elvira Varela Bao, a sus 90 años. Curiosamente, la hija de un matrimonio de actores de las Irmandades da Fala votó en el instituto que lleva el nombre de Rafael Dieste, en la zona de Mariñeiros.

Poco a poco, los coruñeses se fueron desperezando. Antes de las dos de la tarde en varios colegios electorales del centro había colas para votar. «Como ese ya han venido unos cuantos», comentaba un apoderado viendo a uno de los votantes con una camiseta que decía: England.

Durante la tarde, el día volvió a vestirse de azul, aunque con el siempre enredoso viento de norte zumbando por todos lados y envolviendo una tranquila jornada electoral.