«Es la primera vez que veo a mi familia»

A CORUÑA CIUDAD

CESAR QUIAN

Llegan a Alvedro desde Argentina noventa emigrantes que participan en el programa «Reencontros na casa» de la Xunta. Hubo abrazos, lágrimas y alegría.

16 jun 2016 . Actualizado a las 10:42 h.

Elsa Alborino Franco tiene 78 años; pelo blanco, jersey rosa y bastón. Cruzada sobre le pecho lleva una bandolera de Hello Kitty. Vive en Buenos Aires pero sus raíces están en Bóveda, un concello muy próximo a Monforte de Lemos. Y, por primera vez, aterrizó en Alvedro para conocer aquí a su familia. Casi sin aliento, alternando lágrimas y carcajadas, le decía a una de sus primas con acento argentino: «¡Qué hermosa eres!»... «tengo tu foto de cuando hiciste la comunión»... Elsa, algo más calmada, explicaba después que su «mamá» nació «acá» y que con tan solo 14 años tuvo que cruzar el Atlántico. Solo pudo volver una vez a su tierra. Y ella, ahora, hace lo mismo: «Esta también es la primera vez que yo veo a mi familia».

Su historia es una más entre las 90 que ayer llegaron desde Argentina al aeropuerto de Alvedro, dentro del programa Reencontros na casa que promueve la Xunta. Muy expectantes, las familias esperaban en la terminal a que se abriesen las puertas y poder abrazar a sus padres, tíos, primos, sobrinos... Algunos se quedarán aquí quince días y otros tres meses, el tiempo máximo que permite este programa y que financia hasta el 60 % del billete de avión. Felisa Martínez, que vive en As Neves (Pontevedra) explicaba que el fin de semana se reunirán todos en un chiringuito junto al río Miño para rendir homenaje a sus tíos, Manuel y Hermosinda. «¿Qué tal va todo?», preguntaba Manuel a su sobrina nada más abrazarla. «Bueno, mamá estuvo muy malita, en el hospital. Casi la perdemos, pero ahora está mejor». Les explica que María Elena no pudo venir a recibirlos porque no puede prescindir del oxígeno.

Antonio y Otilia también vienen desde Buenos Aires. Él se embarcó rumbo a Argentina cuando tan solo tenía 13 años (de hecho los cumplió en el barco), acompañado por el mayor de sus ocho hermanos. En febrero cumplió los 70 años y, recién llegado, lo celebrará junto a otro de sus hermanos, Isolino, que vive en Vila de Cruces. «Somos oito irmáns e, dos oito, emigramos seis. ¿Que por qué emigramos? A pobreza, neniña...», explica Isolino. 

También Carmen y Lola vinieron a recoger a su hermana Esther, que se embarcó con tan solo 18 años para cruzar el Atlántico. Uno de sus hijos se vino para acá, así que ahora viene con más ganas que nunca para estar también con su nieto. «Y los veo a todos muy bien, por suerte», explica con una sonrisa en la boca. Ella amortizará su tiempo en Galicia. Se quedará disfrutando de la familia los próximos tres meses.