La falta de servicios impide estrenar las 25 viviendas listas del Ofimático

Eduardo Eiroa Millares
E. Eiroa A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA CIUDAD

Paco Rodríguez

La primera promoción, que ultima detalles, carece todavía de agua, luz y accesos

08 jun 2016 . Actualizado a las 23:19 h.

Piso de 92 metros cuadrados con tres habitaciones, amplio salón, vistas despejadas y con buenos acabados: puertas lacadas en banco, aseo con cisterna mural, duchas a nivel del suelo, tarima, armarios empotrados, persianas eléctricas, calefacción de gas con termostato... Listo para entrar a vivir. Solo hay que ponerle la cocina.

La descripción parece la de un anuncio de una vivienda, pero es la de uno de los pisos de la cooperativa A Carnocha, en el parque Ofimático, con la diferencia de que ese ya tiene dueño y aunque está prácticamente listo -la constructora remata los últimos detalles en un proceso que puede prolongarse como mucho un mes-, el propietario sabe que cuando le den las llaves todavía tendrá que esperar, porque aunque allí hay ascensor, enchufes, baños y paredes bien pintadas, no hay agua, ni luz, ni calles rematadas, ni obras de urbanización en proceso.

El Ofimático ha dejado de ser un concepto difuso. Es una realidad con pisos que ya se pueden ver, 25 en total, con sus trasteros y plazas de garaje. Lo que no tienen es licencia de primera ocupación. Desde la planta de los trasteros se ven las otras dos promociones en marcha. Entre septiembre y octubre otras 72 familias, las de la cooperativa Parque Ofimático 2010, tendrán también rematadas sus viviendas. Y lógicamente todos quieren entrar a vivir.

«Isto foi coma unha carreira de fondos e un chega aquí coas enerxías xustas», cuenta Luciano Ron, secretario de la cooperativa, que hace de guía en la primera visita a un inmueble del Ofimático.

Sus problemas son reales y muy humanos. La cooperativa paga 8.000 euros al mes del crédito de la obra. Por culpa de los sucesivos retrasos se les acabó hace tiempo la carencia y muchos de los 25 propietarios compatibilizan el pago de un alquiler y el de la nueva vivienda sin saber cuándo podrán estrenarla.

«A do Ofimático é a única obra que non deixou a ninguén contento, nin ás empresas nin a nós, nin ao Concello, nin aos propietarios...», dice Guillermo García, tesorero de la entidad.

«Desde o primeiro momento houbo problemas inmensos», cuenta Francisco Manuel Candamio, presidente de la cooperativa. Y cita: sentencias, reparcelaciones, líos con las obras, desalojos... Fue un suplicio, dice, conseguir la licencia, lo fue también lograr un crédito en el peor momento, y lo sigue siendo la incertidumbre de cuándo podrán entrar a vivir, después de que por un fallo judicial se hayan paralizado las obras de urbanización en marcha. Falta el trámite de sacarlas de nuevo a contratación, decidir cómo, y acabar para poder entrar a vivir allí.

El problema viene de lejos, empezó en el 2011 y sigue hoy coleando gobierno tras gobierno. Hay 330 cooperativistas en total. «Algúns non poden empezar porque coa lea que hai os bancos non lle conceden o préstamo», cuenta, y explica que hay socios que podrían perder, por plazos de inversión, hasta 30.000 euros de ahorros de sus cuentas vivienda.

En el mejor de los casos el gobierno local les da un horizonte de cuatro meses. «Tres ou catro meses poderemos aguantar, máis alá diso non sei», dice Ron.