La dura crónica social de la gran estafa

La Voz

A CORUÑA CIUDAD

PACO RODRÍGUEZ

El dibujante presenta esta tarde en Alita Cómics su última obra, en la que retrata a las víctimas de la crisis

27 may 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

La nueva obra de Miguelanxo Prado es una bofetada a la conciencia. A ese modo de pensar que hace que nos llevemos las manos a la cabeza ante los dramas humanos que ha dejado la crisis económica pero que, al mismo tiempo, hace que consintamos que sigan sucediendo. Se sumerge el autor en lo más duro de las consecuencias de los desahucios, los que padecieron la estafa de las preferentes y demás víctimas propiciatorias del actual estado de las cosas. Y lo hace con toda la crudeza de la que es capaz su sutil lápiz, desde una primera página que a la vez sirve como punto de partida y lo resume todo, en la que pueden verse a dos ancianos tumbados en la cama, cogidos de la mano, mientras en la mesilla reposa una carta en la que puede leerse «Sr. Juez».

Presas fáciles es el significativo y acertado título de este nuevo volumen editado por Norma en su versión castellana y por El Patito Editorial en la gallega, y que esta tarde, a las 19.00 horas, se presenta en Alita Cómics (calle Orzán 94) con la presencia del autor.

Explicaba Prado recientemente, en una entrevista publicada en el suplemento FUGAS de este diario, el hecho que encendió la espita que terminó convirtiéndose en su cómic más social: la noticia de un matrimonio que se quitó la vida en Mallorca acosado por la presión de los bancos. «Non daba crédito. Escribir o libro foi unha reacción de puro cabreo, de rabia», asegura el autor, que reconoce que no le fue muy difícil documentarse para elaborar la historia: «Abondou con ler os xornais e saír a rúa. Non tiven contacto coas plataformas de preferentistas, pero si con afectados». Algunos de ellos, de su propio entorno.

Prado opta para hacer este incómodo relato social por unos tonos grises que enmarcan la historia en un ambiente que la lleva desde la narración policíaca -al fin y al cabo se nos cuenta una investigación de unas muertes producidas en extrañas circunstancias con dos agentes como conductores de la historia- al drama descarnado con una enorme naturalidad.

Ambientada en A Coruña

Y por si el libro necesitase de una dosis mayor de realidad, lo ambienta Prado en A Coruña, su ciudad, sin esquivar ni disimular referencias y localizaciones explícitas. Hasta los nombres de las entidades bancarias, si no exactos, sí son fácilmente relacionables con la realidad.

La ciudad queda rigurosamente retratada en esos grises -«non lle fago ningún favor á cidade, que é moito máis luminosa», apuntaba Prado en la citada entrevista- que funcionan más como un estado de ánimo que como mero elemento ornamental.