Cristina Ruiz: «Cuando tuve el sexto hijo me compré una furgoneta»

Pablo Portabales
Pablo Portabales A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA CIUDAD

CESAR QUIAN

La investigadora, experta en reumatología, ya era madre por partida doble antes de leer la tesis

01 may 2016 . Actualizado a las 10:32 h.

La charla con esta investigadora no gira sobre sus trabajos en el campo del reuma. No, el tema principal es su familia, sus seis hijos. «Hay personas que me dan la enhorabuena, hasta con cierta admiración, y hay gente que, simplemente, piensa que estoy loca», comenta Cristina Ruiz Romero, de 42 años. Se casó a los 26 y antes de leer la tesis ya era madre por partida doble. «Decían que lo de quedarse embarazada no era tan sencillo y al mes de casarme ya lo estaba, debemos de ser muy compatibles mi marido y yo», apunta sonriente esta madrileña que en el 2003 se instaló en A Coruña por el trabajo de su pareja. «Pienso que si me hubiese quedado en Madrid lo de tener tantos hijos sería más difícil, casi imposible. Aquí es más sencillo por el tamaño de la ciudad compaginar el trabajo con la familia, y es más accesible también disponer de una casa grande», relata. Esta mañana, Día de la Madre, recibirá un dibujo de cada uno de sus vástagos «y un regalo conjunto, espero», confiesa.

Entre 15 y 3 años

Con dulzura y sin dejar de sonreír recuerda las edades de los miembros de su prole. «Jorge es del 2001, tiene 15, María 13, Pablo 10, Cris 8, Marta 5 y Anita cumple mañana 3. Cuando hay un cumpleaños o un día señalado solemos decorar la cocina de manera especial», destaca Cristina, consciente de que en estos tiempos que corren no es habitual una familia tan numerosa. «Muchas veces me preguntan si soy del Opus. No lo soy. Tuve seis hijos pero no de manera planificada. Llegó el cuarto, el quinto, el sexto... Fueron embarazos y partos muy buenos. No creo que vaya a tener más, ya soy mayor y tengo ganas de que no haya pañales en casa», asegura. Dice que en su domicilio todavía encuentra alguno, pero ya no chupetes, y todavía quedan biberones. «Nos gusta hacer planes en familia. Cuando tuve el sexto me compré una furgoneta. Viajamos los ocho y dormimos en apartamentos, en hotel es imposible».

Artritis reumatoide

Nos vemos a las tres y media de la tarde del viernes. Viene de comer en la cafetería del Materno y a las cinco tiene que recoger a la pequeña en la guardería. «El trabajo de una investigadora está constantemente evaluado y sabes que si no cumples unos objetivos no vas a poder continuar con la tarea ni encontrar ayudas. El aspecto positivo es que es un trabajo flexible, distribuyes tu tiempo como quieres y puedes avanzar desde casa y no estar tan sujeto a horarios, lo que es una ventaja para conciliar», comenta Cristina, licenciada en Farmacia y que trabaja en el Inibic (Instituto de Investigación Biomédica). Intenta explicarme su día a día en el laboratorio. «Desarrollo estrategias proteómicas, que es el estudio de proteínas a gran escala, y cómo influyen en las enfermedades reumáticas tipo artrosis o artritis reumatoide. Incluye el estudio de fármacos y la terapia celular. Somos más mujeres que hombres en el centro, y muchas de ellas madres», destaca.

Ropa solo para los mayores

Dice que en su casa prepara «perolas de pasta. Los fines de semana también hacemos sushi o fajitas de pollo. Nos gusta ser creativos». Cuando va al súper «siempre lleno el carro, y a veces me haría falta un segundo». El hijo mayor tiene móvil y hay varias tabletas en casa. «Todos sabemos las contraseñas de todos», asegura. En su casa se ve poca tele «y los dibujos siempre en inglés», precisa. Suelen divertirse con juegos de mesa y los fines de semana salen a dar una vuela en bicicleta. «Solo le compro ropa a los mayores, el resto va heredando», confiesa esta madrileña que se siente feliz en A Coruña. «La gente. He conocido personas maravillosas. También el clima, aunque es imprescindible la secadora. El paseo marítimo o Bastiagueiro me encantan», comenta Cristina, que recuerda la escapada con su marido a Moscú por su 40 cumpleaños. «Disfruté del momento, pero eché de menos a los niños».