La Autoridad Portuaria desafectará el complejo antes del verano para sacarlo a subasta
31 mar 2016 . Actualizado a las 13:00 h.Hace dos años la gestión del Finisterre y La Solana cambiaron de manos, y ahora lo hará la propiedad. La Autoridad Portuaria, con graves problemas de liquidez para hacer frente a la deuda contraída por la obra del puerto exterior, sacará a la venta el complejo, seguramente antes de este verano. Al menos la intención es desafectar (quitar del catálogo de bienes propios) los 28.000 metros cuadrados que suman ambas infraestructuras en el próximo consejo de administración, paso previo para poder sacarlo a subasta. Los trámites para ese proceso ya están en marcha.
El anuncio lo realizó el presidente del Puerto, Enrique Losada, tras un encuentro con el máximo responsable de Puertos del Estado, José Llorca, y con el alcalde de A Coruña.
Tanto La Solana como el Finisterre mantendrán los usos actuales. El hotel es el único con cinco estrellas de la ciudad, cuenta con 92 habitaciones y fue objeto de una profunda reforma en el año 2003.
Edificio histórico
El inmueble se levantó por orden ministerial en 1941 dentro de suelo del Puerto. La Autoridad Portuaria cobra un canon anual por esa concesión. A pesar de que el ente público acaba de presentar un plan de transparencia y participación, el organismo nunca ha hecho público el importe anual de esa operación. Con todo, esa tarifa estaría muy lejos de los precios actuales de mercado.
El otro hotel de titularidad pública de la ciudad es el Atlántico, propiedad del Ayuntamiento. Por ese edificio el consistorio percibía tan solo 2.500 euros al año. En su caso la concesión se acaba el año que viene y se calcula que, a precio de mercado, la Administración local podría obtener hasta 500.000 euros anuales por su alquiler. En el caso del Finisterre, de mayor categoría, lo que ingresa cada doce meses el Puerto es una cantidad muy inferior a ese montante.
Últimos cambios
La gestión del complejo estuvo en manos del Banco Popular, la Fundación Barrié y el empresario Juan Carlos Cebrián hasta que en el 2014 adquirieron la concesión los empresarios Gustavo Alejandro López Patto y Antonio Rey Alba, que habrían pagado 12,5 millones de euros por ella.
Teóricamente la venta de la propiedad no debería afectar en nada, al menos hasta que acabe el período de concesión, a las instalaciones. Con contrato hasta el 2027, el próximo propietario, salvo acuerdo entre las partes afectadas, se hará dueño del cinco estrellas con los actuales inquilinos.
La enajenación de esas propiedades entraba, al igual que la de los muelles interiores, en los planes financieros de la Autoridad Portuaria. Ahora se le pone fecha a esas previsiones, concretándose con la venta anunciada. Está por ver qué se hará con el resto del suelo portuario que quede libre, pues eso se negociará con el consistorio.