«Es un error decirle a un paciente con cáncer que todo va a ir bien»

Loreto Silvoso
Loreto silvoso A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA CIUDAD

«No se le debe quitar importancia a la enfermedad», dice la experta

13 mar 2016 . Actualizado a las 08:54 h.

El 47 % de los pacientes oncológicos necesitan recurrir a un psicólogo o a un psiquiatra durante la enfermedad o tras la recuperación. Sin embargo, apenas hay personal especializado en esta materia en los hospitales. Eso fue lo que llevó a la Fundación María José Jove a crear el primer curso en Galicia de psicooncología. Todas las plazas quedaron cubiertas en solo una semana y ya hay lista de espera. María Comillas es la directora, junto con Magali Dousson, una de las mayores expertas del país.

-Cae de cajón que un paciente con cáncer requiere de un tratamiento especial.

-Pues aquí hay muy pocos especialistas, y los que tenemos suelen estar financiados por fundaciones o entidades privadas. Debería haber psicooncólogos en todas las unidades de oncología de los hospitales gallegos.

-¿En el Chuac tampoco hay?

-Hubo uno durante un año y ahora ya no. En el Chuac tratan a unas 25.000 personas en el servicio de Oncología. La Fundación María José Jove financió una beca para crear esa figura y ahí se vio que era muy necesaria.

-¿Por qué? ¿Qué puede aportar diferente un psicooncólogo?

-Sabe trabajar con el miedo, la angustia o la posibilidad de muerte real. Conoce bien todo el proceso médico, cómo es la hospitalización, los cuidados paliativos... Todo, en definitiva.

-¿Cuál es la frase que más suena en su consulta un psicooncólogo?

-Tengo miedo a morirme. Esa idea siempre está presente, implícita o explícitamente. Eso y cómo cuento esto en el trabajo, qué va a pasar con mis hijos...

-¿Y cómo hay que decírselo a los niños?

-Se les puede explicar a través de juegos, por ejemplo, pero nunca hay que mentirles. Ellos, al final, se enteran de todo. Si oyen cosas o ven que mamá está sin pelo y ha cambiado de hábitos, pueden imaginarse que está pasando algo más terrorífico.

-¿Cuáles son los principales errores que cometemos los amigos y familiares de una persona con cáncer?

-Cuando tratamos de quitarle importancia a lo que le está pasando. Eso de «todo va a ir bien» o lo de «que se te caiga el cabello es lo de menos, mujer».

-Sí, tendemos al «no te preocupes». ¿Qué deberíamos decir?

-Pues, por ejemplo, si te dice que tiene miedo, puedes preguntarle de qué tiene miedo. Sentémonos con la persona, hablemos.

-¿Lo mejor, por tanto, es no minimizar, ser realista?

-Escuchar y preguntar a esa persona qué necesita. A lo mejor, prefiere que no le hables o no le preguntes. O todo lo contrario. Puede que necesite contar, explayarse. Y todo esto cambia de un día para otro.

-¿Y a algunos médicos no les pueden dar también, ustedes los psicooncólogos, unas herramientas para que no suelten las malas noticias así tan a lo bruto?

-Eso haremos durante este curso. Trabajaremos, con escenificaciones prácticas, la empatía con el paciente, la forma de hablar, de contestar o de no contestar cuando no se puede... Los médicos deben ser conscientes de que a esa persona se le cae el mundo encima cuando le dicen que tiene cáncer.

-Por no hablar de otra idea que está siempre ahí: «Cuánto tiempo me queda».

-Si eres médico, no puedes contestar a eso de manera matemática. Y debes hacerlo de forma adecuada.

-Veo muy útil el curso. ¿Quién se ha apuntado ya?

-Psicólogos y enfermeras, lo que más, sin duda.

«En las familias siempre hay uno que lleva el peso de los cuidados»

Aprender a convivir con el dolor y la muerte ajena es uno de los aspectos en los que incide el primer curso de psicooncología que impartirá la Fundación María José Jove en A Coruña. Está dirigido a los profesionales sanitarios y busca «anticiparse a las necesidades psicológicas de los pacientes, su entorno y también de todos los que trabajan en las unidades de oncología». María Comillas, psicóloga de la Clínica Illescas de Madrid y posgrado en Psicoterapia aplicada al paciente oncológico por el Hospital Universitario Quirón (Madrid), será la encargada de dirigirlo junto a un equipo de 12 especialistas y la dirección técnica de Magali Dousson, psicooncóloga del Hospital de la Zarzuela (Madrid) y profesora en la Universidad Cardenal Cisneros.

-¿Quién tiene más riesgo de quemarse, además del paciente de cáncer, el cuidador o el profesional sanitario?

-En casi todas las familias hay una figura que es la que asume con un mayor peso el cuidado del paciente con cáncer. En muchos casos acaban viviendo a través de la persona enferma, cuando lo que deberían hacer es tratar de seguir, en lo que puedan, con su vida de antes.

-¿Qué ocurre en el caso de los profesionales?

-Ellos se llevan a casa una mochila cargada de emociones que suelen ser negativas, de situaciones complicadas, de muchísimo dolor. Eso no es bueno porque puede afectar en el día a día.

-¿Cómo pueden hacer para que eso no les afecte?

-Es algo con lo que se puede y se debe trabajar. Para empezar, pueden optar por desahogarse con sus compañeros. Es duro convivir con este tipo de situaciones a diario. Esa es la razón de que el trabajo con uno mismo sea tan necesario.