La ciudad cuenta con casi medio centenar de salas de proyección, que ofrecen más de 8.700 butacas, pero es un sector con una oferta estabilizada en el último lustro
11 feb 2016 . Actualizado a las 05:00 h.Cuando todavía resuenan los ecos de los Goya, que suponen un buen termómetro del tirón que sigue teniendo el séptimo arte y cuando estamos ya a las puertas de los Oscar, la otra gran referencia en este campo, el repaso por la oferta de cines en la ciudad arroja pocos cambios desde que se abrió, hace casi un lustro, Marineda City, que aportó nuevas salas.
En estos momentos, las opciones para ver cine en pantalla grande se concentra en seis puntos, cuatro de ellos ligados a centros comerciales y al más puro estreno de las carteleras, como es el caso del citado Marineda City, Los Rosales, Espacio Coruña y Los Cantones Village. Fuera del circuito comercial y ofertando ciclos y rarezas que no se podrían ver en otro lugar se encuentran las dos salas del Fórum Metropolitano y la del Centro Galego de Artes da Imaxe, entidad que este año cumplirá, como recuerda su director Guillermo Escrigas, 25 años en la ciudad siendo un referencia en su campo desde la Casa da Cultura Salvador de Madariaga.
En total, son cerca de cincuenta salas que ofertan más de 8.700 butacas para disfrutar de distintos espectáculos. No es una cantidad desdeñable, más si se tiene en cuenta que se mantienen en un momento en el que la oferta de ocio se multiplica y la piratería ha hecho mucha mella en este tipo de negocios, pero sí si se repasan las hemerotecas, ya que recogen que la ciudad contaba con 15.000 butacas de cine en el año 1985. Sin embargo, atrás quedaron las sesiones en el Rosalía de Castro, que quedó solo como teatro; el Goya, el Avenida, los Tom y Jerry, el Riazor, el París, el Valle Inclán, el Colón, que también se restringe a las artes escénicas; los Chaplin o Los Equitativa, que fueron el último gran cierre.
Novedades
Propuestas como la Fiesta del Cine, a precios reducidos y que se ha visto que supone un buen tirón para atraer al público, o el que estas salas no restrinjan sus pases al séptimo arte, ya que se abren ahora a convertirse en auditorios con la posibilidad de ver conciertos, ópera e incluso ballet, ha hecho que vuelvan a tener un nuevo renacer.
Según los datos facilitados al acabar el año, los cines habían captado entre un 7 y un 8 % más de espectadores en el 2015 que el año anterior.