Juzgan a un hombre que se inventó un atraco tras gastarse 1.500 euros en un prostíbulo
28 abr 2023 . Actualizado a las 20:06 h.Era el día del cumpleaños de un amigo y en el banco le habían ingresado la nómina unas horas antes. Por tanto, esa noche el dinero no iba a ser el problema. O sí. La cosa es que el hombre ya salió chispa de la cena. Y más chispa estaba a eso de las tres de la madrugada, cuando convenció a sus amigos de ir a un prostíbulo. Para que no le dijeran que no, les prometió invitarlos a una copa. Y allá se fueron. El asunto es que a una copa le siguieron otras más. La cuenta engordaba al mismo ritmo que su euforia. Así que fue al cajero a retirar dinero. Varias veces. Lo hizo a las cuatro, a las cinco y a las seis. Y parece que no lo hizo a las siete porque ya no había más cuartos en la cuenta. Lo había gastado todo. Ya no le quedaba ni un céntimo de los 1.500 euros que le habían ingresado la mañana anterior. Y ahí se vino abajo. Porque este hombre no podía presentarse frente a su mujer y decirle: «Cariño, me he gastado el sueldo en un club nocturno». Más o menos es lo que le dijo ayer al juez, al que se dirigió para expresarle lo que sentía en su interior después de vaciar su cuenta bancaria. «Cómo cuento yo esto en casa», pensó. Pues lo primero que se le vino a la cabeza fue contar que le habían atracado.
Para darle más empaque al embuste, se presentó en comisaría con uno de sus amigos para contar que media hora antes, cuan do caminaba por Juan Flórez, dos jóvenes con aspecto latino le habían sorprendido por la espalda con un cuchillo enorme. Y que le habían obligado bajo amenazas a que retirara todo el dinero del cajero. Sin dejar de pincharle con el arma, lo acompañaron a una sucursal y allí les entregó todo lo que tenía en el banco.
Arrepentimiento
Con la denuncia se presentó en su casa y su mujer le creyó. Una vez logrado su propósito, ese mismo día regresó a la comisaría para decir que todo lo que había contado horas antes no tenía ni una pizca de verdad. Que se lo había inventado todo para justificar ante su mujer un gasto tan enorme en una sola noche. Pensaba que con retirar la denuncia le bastaba. Pero no. La policía, que ya había transmitido a los coches patrulla las características de los supuestos atracadores y pedido al banco las grabaciones de la cámara de seguridad, le comunicaron que las cosas no son así, que iba a ser puesto a disposición judicial como autor de un delito de denuncia falsa.
En el juicio, el acusado intentó alegar que se arrepintió rápido, por lo que no era merecedor de una condena. La Fiscalía pide para él una pena de 6 meses de prisión y una multa de 2.300 euros. Fuentes judiciales sostienen que, a día de hoy, su esposa sigue pensando que está casada con una víctima de un atraco.
Pocos delitos enervan más a la policía que las denuncias falsas. Emplear personal y medios en investigar algo que nunca sucedió es muy grave. Y jurídicamente está castigado con la pena de prisión de seis meses a dos años y multa de doce a veinticuatro meses. Según la última memoria de la Fiscalía, en la ciudad se registraron un total de 66 denuncias falsas.
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