Los patólogos pisan el acelerador

r.d.seoane A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA CIUDAD

El servicio de Anatomía Patológica del Hospital A Coruña desarrolla programas para agilizar las analíticas y dar resultados de algunas pruebas en cinco días

21 dic 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Ángel Concha López, el jefe de Anatomía Patológica del Chuac, define el papel que llevan a cabo con una frase bastante gráfica: «No seremos delanteros, pero sí defensas». Toda cuanta muestra se extrae en el área sanitaria pasa por sus manos, y muchas son ínfimas, incluso moleculares.

Aunque la imagen de los patólogos es la del laboratorio, «nuestra especialidad es la gran desconocida, no saben si somos forenses o de análisis clínicos», considera. La realidad es que un poco de todo y un mucho de decisivo. La anatomía patológica es una disciplina médica que integra información para un correcto manejo del paciente y entre sus funciones figuran algunas tan relevantes como confirmar o descartar diagnósticos de enfermedades tan graves como el cáncer o las patologías autoinmunes.

El proceso para llevar a cabo todo eso es cada vez más complejo, máxime con la incorporación de técnicas de biología molecular. Por ello, Concha defiende un modelo de integración y el trabajo codo con codo con otros equipos, como los radiólogos.

«Un 99 % de certeza»

En su día a día navegan además con diferentes circunstancias que condicionan la certidumbre, desde la existencia de enfermedades sin diagnóstico concluyente, a muestras que en sí mismas pueden condicionar el veredicto e incluso existen tumores que nadie se atreve a descartar como benignos o no. «Intentamos precisar al máximo y en un 99 % de los casos podemos dar un diagnóstico de certeza», recalca.

Este es uno de los aspectos que más preocupa en determinados aspectos de la especialidad, como cuando se trata de la detección precoz del cáncer. «Nosotros pensamos que la calidad tiene varios aspectos: la fiabilidad y hacerlos en el menor tiempo posible porque así reducimos la angustia de los pacientes que espera», indica. En este sentido, explica que «llegamos a tener 30 días para resultados citológicos, y ahora estamos en de 5 a 8 días, por debajo de cualquier servicio de España». El hospital ha invertido recursos en tecnología y «estamos obligados a hacerlo cada vez mejor: las biopsias están en cinco días los resultados cuando suelen ser 15, y las pruebas de las vías rápidas de cáncer de colon, mama o próstata en 2-3 días», asegura el especialista antes de destacar que todos las biopsias para diagnosticar si hay rechazo a un trasplante están en 1,5 días como mucho y la biopsia intraoperatoria, en el mismo quirófano, se hacen en minutos. Son 2.000 al año y la rapidez permite que «el cirujano, con el paciente en la mesa, sabe ya lo que es y puede tomar decisiones». El acelerón pegado en el servicio para agilizar los resultados casi toca su techo, en opinión del responsable del servicio. «Va a ser difícil rebajar estos tiempos», concluye.

Concha se declara especialmente orgulloso de trabajo desarrollado en el caso del cáncer de cérvix, que en España es casi anecdótico gracias al esfuerzo por diagnosticar las lesiones precursoras. Unas 300 cada año en el Chuac que, de no determinarse antes, terminarían convirtiéndose en tumorales. «Es un éxito de todo un engranaje, desde los profesionales de Atención Primaria a los ginecólogos, que el cáncer de cérvix hoy no sea una causa principal de muerte».

Su trabajo también es efectivo en otros terrenos, ya que la elección de uno u otro fármaco en la denominada medicina individualizada depende en gran medida de los estudios que hacen de los biomarcadores para elegir las dianas terapéuticas.

Investigación en cáncer y trasplantes

Aunque lo inmediato es la asistencia, Concha incide en que docencia e investigación son consustanciales al servicio. Por ello, trabajan con Neumología y Cirugía Torácica en inmunología del cáncer, para el desarrollo de un sistema pionero para validación de tecnología molecular en el diagnóstico precoz. Otra línea de trabajo tiene que ver con la detección de proteínas que indiquen el desarrollo de metástasis a nivel molecular. Dado que en el Chuac, como centro trasplantador, hay un gran volumen de pacientes inmunodeprimidos, también investigan los linfomas, y otra vía tiene que ver con el hallazgo de marcadores de rechazo.

De especial significación, por la experiencia del doctor Concha (ha estudiado más de 10.000 casos), son los biomarcadores para dianas terapéuticas en cáncer de mama, en el denominado HER-2. A ello se suma la investigación en virus del papiloma y el cáncer de cérvix para determinar la efectividad de la vacuna.

Más de 100.000 estudios al año

Al año, el equipo del Chuac lleva a cabo 40.000 biopsias, 33.000 citologías y unas 120 autopsias que ayudan a determinar la causa final del fallecimiento.

Además, hacen 30.000 estudios inmunohistoquímicos y moleculares muy complejos y siempre relacionados con enfermedades graves. «Todo lo que se extirpa, por pequeño que sea, hay que verlo», insiste Concha, que advierte que «tratamos a menudo con muestras tisulares que a veces son irrepetibles, de ahí la importancia de contar con un sistema de trazabilidad».

Para todo ello, cuenta con un equipo formado por alrededor de 60 personas, 15 patólogos, 6 residentes, 25 profesionales de laboratorio, 3 enfermeras, 6 administrativos, y 2 auxiliares de autopsia. «Los profesionales tienen mi reconocimiento personal, tenemos una carga asistencial fortísima con estudios muy complicados y se están dejando la piel», subraya Concha antes de recalcar que «la población de nuestra área puede esta tranquila, no tenemos nada que envidiarle a otros grandes centros. En el diagnóstico del cáncer estamos al mismo nivel que cualquiera».

Para ello, cuentan con tecnología de última generación, como un escáner único en España para citologías y se trabaja en la incorporación de robótica para procesar de forma más automática las muestras. En concreto, en el manejo de las biopsias, el equipamiento puede permitir que, conforme se hacen disecciones, se seleccionen muestras para el microscopio o para biología molecular. «Ahora ese proceso dura día y medio y vamos intentar acortarlo a dos horas».