«A Coruña tiene una imagen de marca muy potente y efectiva»

Fernando Molezún A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA CIUDAD

«Me llamó la atención la 'ceñe' y cómo condensa la identidad en poco espacio»

07 dic 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Llegó hasta A Coruña desde Suecia atraído por la imagen de marca de la ciudad, esa letra C con vírgula, conocida como la ceñe, pergeñada en el estudio Tony Le Brand y que de un tiempo a esta parte se ha convertido en un escudo oficioso de la ciudad. Johan Järlehed es sociolingüista y profesor de español en la universidad de Gotemburgo, y está realizando un estudio sobre la representación gráfica y visual de lo gallego y lo vasco financiado por el consejo científico nacional sueco, el Vetenskapsrådet, lo que le ha traído hasta la ciudad en busca de carteles, placas de calles, letreros de bares y demás símbolos que puedan reflejar un hecho diferenciador cultural gallego en los usos más cotidianos.

-¿Qué se le ha perdido a un profesor sueco por tierras gallegas?

-Llevo año y medio haciendo un estudio, un proyecto de investigación financiado por el estado sueco que durará unos cuatro años, que trata de los paisajes lingüísticos o semióticos, es decir, cómo se crea un espacio público por medio de diferentes soportes y recursos, como señales, carteles comerciales, logotipos, placas del callejero, alcantarillado, menús de restaurantes, etiquetas de vinos o incluso camisetas. Mi intención es estudiar cómo se representa gráficamente lo gallego, y también lo vasco, como hecho diferenciador cultural en estos soportes.

-¿Por qué se decide a estudiar a Galicia y el País Vasco?

-Hace unos diez años terminé una tesis doctoral sobre la proyección visual del euskera. Llevaba años estudiando archivos y las propias calles del País Vasco, viendo cómo cambió su imagen desde los años setenta hasta ahora. Y ahora quería ampliarlo hasta Galicia. Son dos casos muy interesantes para comparar.

-¿Ha encontrado diferencias y similitudes entre ambos casos?

-La tipografía vernácula del País Vasco está en todas partes, todo el mundo la conoce. Pero aquí no tanto. Estoy rastreando las semejanzas a nivel ideológico y en su uso. Y las hay. En ambos casos derivan en su origen de un uso religioso, en pórticos, cementerios... Y después los movimientos tempranos regionalistas y nacionalistas se apropiaron de esas tipografías. Más tarde llegó la hora de Sargadelos, que le dio otro toque, hasta llegar a la transición, que fue la gran revolución de los símbolos de identidad. Salieron a la calle, con las banderas, como símbolos reivindicativos. Y por último vino la institucionalización de esas señas, donde perdieron el cariz político y se aplicaron hasta en las cajas de ahorros. Ahora estamos en una época de mercantilización cultural. Se retoma esta tipografía, pero carente de la simbología cultural o política, solo con fines comerciales.

-¿Cómo fue su recorrido por Galicia? ¿Qué se encontró?

-Empecé en Vigo y pasé por Cambados, Pontevedra -donde hablé con el consejo regulador de Rías Baixas-, Santiago... Fui entrando en los establecimientos comerciales y en los bares que me fui encontrando, preguntando por qué utilizan en sus rótulos una tipografía gallega. Y la verdad es que la mayoría no es que tengan una idea muy elaborada desde el punto de vista político, sino que son referencias mucho más amables de reivindicación de una cultura propia, de la pertenencia a un lugar.

-Y termina su periplo gallego en A Coruña.

-Es que tiene una imagen de marca muy potente y efectiva. Me llamó mucho la atención la ceñe. Di con ella desde Suecia y quise conocer a sus creadores porque es algo muy llamativo e ingenioso que logra en muy poco espacio condensar muchas cosas. Al fin y al cabo es solo una letra con un signo diacrítico, pero está cargada de identidad y significado. Es una gran representación visual de la lengua y, en general, de la identidad de la ciudad de A Coruña.

«La discusión sobre el topónimo se da más en un plano ideológico que real»

Los cambios en el topónimo o la existencia de un pseudodialecto propio como el koruño llamaron la atención de Järlehed en su visita a la ciudad.

-¿Qué es lo que más le sorprendió de A Coruña?

-El baile de nombres, cómo la ciudad pasa de ser La Coruña a A Coruña de acuerdo con las leyes, pero la gente sigue refiriéndose a la ciudad como Coruña. No es muy habitual encontrarse con una polémica semejante respecto al nombre de una ciudad. Sé que hay discusión al respecto, pero lo extraño es que en la forma de hablar no veo que exista. Es una discusión que se da más en un plano ideológico que real.

-Y se encontró con algo que no conocía: el «koruño».

-Con el koruño me encontré al llegar aquí, pero me llamó mucho la atención. En el País Vasco el uso de la k siempre ha tenido una connotación ideológica muy grande que no sé hasta qué punto se da aquí también. Vi algunos vídeos en Internet sobre el koruño, pero la mayoría eran desde una perspectiva humorística. No deja de ser una reclamación identitaria, aunque cargada de ironía. Puede que no se vea así desde aquí, pero es una seña de identidad en toda regla y tan válida como cualquier otra. Como las camisetas, que de eso hay mucho en Galicia.

-¿Camisetas?

-Sí, algunas con diseños meramente humorísticos, pero que tienen en el fondo una reflexión profunda de lo que significa ser gallego. Todo a partir de la retranca y con ánimo de abrirse al mundo mezclando la identidad gallega y el idioma con referentes culturales pop. Pasó lo mismo en el País Vasco con las camisetas de Kukuxumusu, que de algún modo han trascendido a lo que eran en un origen.