Sandra dio la talla. Se presentó a un concurso de modelos XL y fue la más votada entre 31 candidatas. Será la representante gallega en la final nacional que se celebrará dentro de unos meses, cuando se terminen las pruebas de selección en otras comunidades y ciudades. «Estoy más cómoda dentro del concepto curvy que de gordibuena. La palabra gordi no me gusta nada», asegura Sandra García López. Tiene 24 años, es de Arteixo (A Coruña) y le falta poco para terminar la carrera de Arquitectura Técnica. «Nunca me había presentado a un concurso pero, como me encanta el tema de la ropa y el mundo de la imagen, cuando vi la convocatoria me animé, con el apoyo de mi hermano que me dijo ?vete, que es lo tuyo?», recuerda. Mide 1,68, prefiere no decirme el peso y duda cuando le pregunto la talla. «Una 44 o 46, más bien la 46», confiesa. Dice que siempre fue «rellenita, de constitución fuerte» y que el hecho de haber resultado elegida «me ayudó a darme un empujoncito. ¿Porqué no me voy a querer? Cada vez me siento más orgullosa de este cuerpo», reflexiona esta joven extrovertida y con novio «Me dijo ?eres la más guapa y vas a ganar?». A la hora de vestir asegura que tiene problemas porque en la gama de prendas económicas no hay demasiadas tallas y «las tallas grandes no van tanto a la moda. No sé por qué hay que asociarlas a vestir como una señora mayor. Ahora parece que cobra fuerza el universo curvy y cada vez más firmas apuestan por otros tallajes», comenta. Están en tendencia las modelos con curvas y Sandra busca su oportunidad.
Martín Códax y el aceite de girasol
Los de la bodega Martín Códax de Cambados son unos buenos anfitriones. Da lo mismo que sea en verano, con sus espectaculares conciertos sobre la ría de Arousa (las vistas desde las instalaciones son imponentes), o en otoño, con los showcookings a los que invitan a cocineros gallegos destacados. Hoy, con la presencia de Yayo Daporta, que es de la casa, termina una serie de tres domingos gastronómicos que inició Juan Crujeiras y que el pasado domingo continuó Iván Domínguez. Tuve la suerte de acudir, invitado por Juan Vázquez, director de las bodegas, que dirige un equipo de apasionados de los vinos y la gastronomía. Iván es bastante tímido e introvertido, pero le bastó su sencillez y humildad para ganarse a la gente (las entradas a 35 euros se agotan enseguida). A medida que avanzó la degustación se fue soltando. Se le veía cómodo. Sin rubor habló de cazos y sartenes, que prefiere a la roner, o del aceite de girasol, que utiliza más que el aceite de oliva. Dijo que en su cocina solo juega un papel en crudo al final. Confesó su alergia al marisco con patas. Casi se emocionó cuando habló del jurel asado y ahumado al romero con zanahorias y crema picante de berzas. «Estoy muy orgulloso porque es un pescado humilde que no se suele ver en la alta cocina». Inició el menú con una contundente ostra tibia con papada y puré de limón asado y pan de centeno maridado, como el resto de platos, con un vino, en este caso el Gallaecia 2011. El cocinero del grupo Alborada, que cuenta con una estrella Michelín en su restaurante en A Coruña, pasó con sobresaliente, y con humildad, el examen.
Atracón de estrellas
Van a estar todos. Por supuesto Iván y el resto de grandes cocineros gallegos. Pero a la presentación de este miércoles en el Hostal de los Reyes Católicos de la nueva Guía Michelín no va a faltar ninguno de los chefs importantes. En Santiago estarán Arzak, los hermanos Roca, David Muñoz, Martín Berasategui, y un largo etcétera. Todos los representantes de restaurantes de tres estrellas, la mayoría de dos, y muchos de una acudirán a la cita. Me hablan de un 90 por ciento de confirmaciones. Algunos van a aprovechar para pasar unos días en Galicia y visitar restaurantes de nuestra tierra, convertida esta semana en la capital gastronómica nacional. Una semana para aumentar de talla de pantalón.