Embudos contra las goteras en los bajos de la plaza de Vigo

Emiliano MOuzo LA VOZ / A CORUÑA

A CORUÑA CIUDAD

La lluvia vuelve a provocar filtraciones en varios negocios, cuyos responsables siguen sin saber a quién reclamar los daños

06 oct 2015 . Actualizado a las 11:55 h.

La llegada de la lluvia vuelve a tener en vilo a varios comerciantes que tienen sus negocios ubicados en los bajos de la plaza de Vigo, en la calle Federico Tapia. Y lo peor de todo «es que nadie se quiere hacer cargo del problema: ni el Ayuntamiento, ni tampoco lo hacen varios propietarios, y los que tenemos que apandar con el muerto somos nosotros», indicó la encargada de la boutique Moll, uno de los locales más afectados.

Embudos en los establecimientos de la plaza de Vigo
Embudos en los establecimientos de la plaza de Vigo

El problema «ya viene desde hace varios años», indicó esta mujer, «pero la caída de agua desde los techos hacia los locales comerciales empeoró desde que se reformó la plaza», aseguró esta comerciante. De hecho, ellas tuvieron que acudir a la justicia para tratar de solucionar el problema, «y la sentencia culpó e hizo responsable de los daños a nuestro alquilador», manifestó.

Creen que la solución para evitar las filtraciones «es sencilla y rápida». Dicen que el tejadillo de la plaza está llena de basura: bolsas de plástico, hojas de árboles, papeles... lo que dificulta que los desagües puedan vaciar el agua hacia la red de pluviales. «Si se aseara esa zona el problema se subsanaría», dijeron.

¿De quién es la plaza?

Cuando los empresarios de los bajos de la plaza acudieron al Ayuntamiento de A Coruña «ningún gobierno supo decirnos de quién era la plaza, algo que nos dejó fuera de juego», contó otro empresario. «Por esta regla de tres cualquier día voy a contratar una constructora y levantaré un edificio para vender pisos, ya verá usted como pronto aparecen los dueños de este espacio lúdico y de todos los coruñeses», señaló el hombre.

Mientras tanto los problemas de filtración de agua continúan. A un negocio anexo a Moll fue tal la cantidad de agua que entró que le destrozó parte del pladur que tiene decorando el techo, «y no sabemos a quién reclamar», dijo una de sus empleadas.

Mientras, los empresarios inventan cualquier solución para evitar que el agua le estropee la mercancía de sus negocios. Las titulares de Moll colocaron hace unos días varios embudos conectados a sendos tubos que desembocan en cubos colocados en la repisa del escaparate, «todo un vergonzoso de reclamo para los que pasen por la zona».