Mentiras

Carlos Marcos PRESIDENTE DE UNIÓN CORUÑESA

A CORUÑA CIUDAD

26 mar 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Hace algunos años las calles de Lisboa amanecieron empapeladas con unos carteles que reclamaban a los políticos que renovaran sus mentiras, es decir sus promesas incumplidas. En La Coruña la cuestión de las mentiras entra de lleno en el ámbito del esperpento y, campaña tras campaña, supone una ofensa a la inteligencia de los ciudadanos. En breve escucharán ustedes el interés resucitado de los grandes partidos por el saneamiento de la ría do Burgo. No faltarán múltiples promesas de apoyo a los autónomos y a los jóvenes para conseguir empleos. Los pensionistas vivirán un dulce sueño escuchando cantos de sirena sobre la necesidad de incrementar sus pensiones y, naturalmente, el cuidado de los animales y la creación de zonas verdes arboladas serán bandera, por 15 días, de ecolojetas que muestran su sensibilidad por el medio ambiente solo en campaña electoral. No faltará quien vuelva a prometer la cooficialidad del topónimo, eso que Negreira prometió hace 4 años resolver en 5 minutos. Por supuesto, la patrona de La Coruña recuperará virtualmente su festivo de la mano de aquellos que se lo han quitado por unanimidad. La lista de viejas mentiras podríamos hacerla interminable.

Más allá de la crisis económica de la que no acabamos de salir; la otra crisis, la política, la que ha hecho saltar por el aire el viejo bipartidismo, debía haberles enseñado a los llamados grandes partidos que los ciudadanos no admiten ya el juego de las mentiras y que aspiramos a ser ciudadanos libres e iguales conociendo la verdad. Lamentablemente el PP y el PSOE no quieren ver la realidad y se alejan de los ciudadanos envolviéndose en las viejas disputas, y en el «y tú más» cuando se trata de hablar de la corrupción. Eso sí, ambos incluyen a políticos imputados en sus listas cerradas obligando a los ciudadanos a introducir su papeleta en la urna votando a aquellos que desprecian por haber participado de alguna manera en la corrupción que nos asola. Increíblemente los ciudadanos, la sociedad civil se ha adelantado, una vez más, a los farragosos aparatos de los partidos y han decidido que ya no les valen mentiras nuevas. Lo nuevo, lo novedoso en esta campaña debe consistir en aportar verdad y transparencia y, sin duda, las urnas lo premiaran.