Otro golpe a la ría

A CORUÑA CIUDAD

22 mar 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Varios cientos de familias viven, de forma legal o alegal, directamente de la ría del Burgo. Sus economías se han quedado en precario en los últimos diez días debido a la sucesión de vertidos -al menos dos de grandes dimensiones- y lo peor es que no atisban el final del problema. Suspender la campaña de Semana Santa, con la comarca llena de turistas y en uno de los picos de mayor consumo, pone contra las cuerdas su economía doméstica. Y, mientras tanto, el origen de la contaminación sigue siendo un misterio. O al menos eso es lo que transmiten tanto la Autoridad Portuaria como Augas de Galicia.

Las sospechas de la Cofradía apuntan directamente hacia Repsol, aunque sus dudas no han encontrado refrendo técnico, más allá de los indicios de las manchas oleaginosas. El Puerto y la petrolera lo niegan, pero la sombra de la sospecha seguirá sobre las operaciones del muelle petrolero mientras no se confirme el esperado traslado de las actividades más contaminantes hacia la nueva dársena de punta Langosteira.

Pero ese debate, trascendente en este momento puntual, debe obligar a todos los que comparecen a las elecciones a reflexionar sobre el futuro de la ría, un elemento vertebrador de la comarca cuyo cauce discurre por los municipios de Cambre, Culleredo y Oleiros, antes de morir en la costa coruñesa. Su enorme potencial -tanto en el plano medioambiental como en el económico- figura en la primera página de cualquier propuesta sobre el área metropolitana, pero, a la hora de la verdad, las promesas se suceden y el dinero para su regeneración no acaba de llegar.

Una cuenta pendiente. La ría tiene pendientes de cobro numerosas deudas. La crisis se ha cebado sobre ella. Las visitas y las denuncias se han multiplicado, pero, a la hora de la verdad, falta un verdadero plan de trabajo. La Xunta sigue haciendo pozos de bombeo, y los ayuntamientos limítrofes pelean con desigual éxito e interés contra los vertidos incontrolados. Quizá es el momento de una gran sentada de todos ellos -con una entidad en común, coparticipada por los cuatro municipios como es la depuradora de Bens- para empezar a mirar y copiar los ejemplos de éxito en la explotación turística y ecológica de cauces hidrológicos como el Támesis en Londres, el Sena en París, el Ródano a través de media Francia y el Rin a lo largo de decenas de localidades de media Centroeuropa.

Repunte criminal y medios. En las últimas semanas, la actividad policial se ha disparado. Cadenas de pequeños robos, peleas y las redadas de la operación Mesías y otras acciones contra el trapicheo revelan la necesidad de reforzar la plantilla del Cuerpo Nacional de Policía en la ciudad. El subdelegado del Gobierno, Jorge Atán, y el nuevo delegado, Santiago Villanueva, ya conocen las quejas de los sindicatos policiales, que en la última reunión trimestral plantaron a sus mandos para denunciar el progresivo deterioro de los recursos humanos. Los refuerzos enviados a la Brigada Judicial y a las unidades de investigación para esclarecer la oleada de robos que causó tanta alarma social en el verano ya se han retirado y la precariedad de efectivos ya se nota en el día a día. La cercanía de las elecciones, con la proliferación de actos de protesta, así como el necesario mantenimiento de los dispositivos de seguridad ordinarios obligan a pelear por mantener esos refuerzos.

¿Por qué en Ourense votaron 1.586?

Los autodenominados procesos de construcción de candidaturas ciudadanas con los que los escindidos del BNG y los afines a EU se han llenado la boca en las últimas semanas han tenido como denominador común la designación digital -por presentación de un solo aspirante- en casi todas las plazas. Eso permitió a A Coruña, la ciudad con mayor población presumir de «proceso exemplar» y referencia en toda España. Bastó un solo caso, el de Ourense en común, con hasta ocho aspirantes al primer puesto, para que las cifras de participación ciudadana real se dispararan a niveles realmente llamativos. En Ourense, se votó en urna, toda vez que la comisión electoral detectó riesgo de pucherazo en la solución telemática. Y así se logró el hito de que 1.586 personas (casi un 2 % de la población total) depositaran su papeleta, con solo 8 nulos. En A Coruña, con más del doble de la población, participó apenas un tercio: 700 votos emitidos, de los cuales más de un centenar resultaron nulos. ¿Tendría algo que ver la presencia de un solo candidato? ¿Las sospechas de pucherazo telemático aparecidas en Ourense y demostradas en Ferrol podrían tener derivadas locales en otros lugares? De momento, las primeras grietas tras el reparto de puestos ya han aparecido. Falta por ver si las costuras saltarán antes de la cita con las urnas.