Un caldo en mal estado obliga a dos colegios a pedir pizza y bocadillos

elena silvera CULLEREDO / LA VOZ

CAMBRE

Las nuevas barquetas también se derretían al meter la comida en el horno

10 nov 2015 . Actualizado a las 08:31 h.

Después del grave incidente de las lentejas en mal estado en el colegio Portofaro de Cambre, que obligó a la dirección del centro a pedir pizzas por teléfono para que los alumnos pudieran comer, ayer volvieron a producirse problemas con el cátering que ofrece la empresa Col-Servicol en varios colegios de Cambre y Culleredo. En concreto, en el CEIP Sofía Casanova de Culleredo, y en el Gonzalo Torrente Ballester y el Portofaro de Cambre.

Pizza para trescientos

En el Sofía Casanova, según confirmó el propio director, tuvieron que recurrir a Pizza Tutto porque algunas barquetas donde se traslada la comida llegaron mal selladas o con el precinto roto y en la mayoría de los casos el caldo estaba en mal estado. «Algunhas viñeron rotas, polo que supoñemos que o transporte se fixo mal. E as que viñan ben precintadas tampouco se puideron utilizar porque ao quentar o caldo nos fornos víase que estaba fermentado», explicó Juan José Platas. Ante esta situación, el director del centro llamó al Pizza Tutto que hay cerca del colegio y encargó 30 pizzas grandes de jamón y queso. El importe del pedido fue de 387 euros y, gracias a ello, los 292 niños que se quedan al mediodía en el centro pudieron comer. En todo caso, el director confirmó que el segundo plato (pescado con ensalada) y el postre (una pieza de manzana) se pudo aprovechar y no generó problema alguno. «Tivemos marxe de manobra porque en canto chegou a comida ao centro, sobre as 12.30, xa me comunicaron o problema e puidemos encargar xa as pizzas», explicó. El director comunicó la incidencia a la empresa a través de un correo electrónico y a los responsables de la Consellería de Educación.

Bocadillos de jamón y queso

El otro caso también grave ocurrió en el CEIP Torrente Ballester de Sigrás. La directora, Estrella Jiménez, confirmó que llegaron al comedor del colegio varias barquetas de caldo sin sellar y que, ante tal incidencia, reclamó una solución a la empresa. «Me dijeron que no me preocupase y que calentase igualmente el caldo que venía en las barquetas bien selladas y lo sirviese. Pero eso es mucha responsabilidad, y ante esta situación optamos por otra solución». En concreto, aprovecharon los bollos de pan que vienen precintados y, tras comprar empanada y fiambre variado en un supermercado de A Barcala, hicieron bocadillos para todos los niños (145 divididos en dos turnos). De postre, la manzana que venía con el menú.

Los responsables de este centro indicaron que el segundo plato, que era pescado con ensalada, no lo pudieron aprovechar porque las barquetas se fundían con el calor del horno: «Ante los problemas de sellado de las anteriores barquetas, hoy (por ayer) nos llegó la comida en unas nuevas. Pero al meterlas en el horno se derretían y el film se quedaba pegado a la comida. ¿Cómo íbamos a dar eso a los niños? En esas condiciones, además, el plástico puede ser tóxico», comentó la responsable del colegio. «Así que al final hubo un rancho tipo pic-nic: empanada, ensalada, bocadillo y fruta». Estrella Jiménez explicó que es la primera vez que se produce un incidente de este tipo ya que, hasta ahora, los problemas eran por las cantidades escasas. Esta misma semana, se sirvió una ensalada para 147 personas en las que tan solo había 12 tomates para repartir.

Barquetas derretidas

Y en el CEIP Portofaro, ayer los problemas no llegaron a más porque la dirección del centro supo improvisar. Al comprobar que las barquetas de plástico se derretían en el horno, bajaron la temperatura, «con lo que la comida tardó más tiempo en salir». También recurrieron a dos hornos microondas para sacar adelante el servicio. Desde el Concello de Culleredo pidieron ayer a la Xunta que actúe «de forma inmediata y urgente» y el de Cambre que se rescinda «ya» el contrato a la empresa.