Así se torea la crisis

Toni silva BETANZOS / LA VOZ

BETANZOS

CÉsar Delgado

Apostaron el dinero del paro en un nuevo taller en Betanzos. Un año después ya sonríen: «Nos va bien»

24 feb 2017 . Actualizado a las 11:06 h.

¿Los recuerdan? La historia de estos tres mecánicos se hizo viral hace un año cuando saltaron al vacío y sin red. Tras recibir la cruel patada de la crisis a la complicada edad de los 50 y pico, Carlos Roel, Julio Gabín y Manuel Lendoiro montaron su propio taller al que llamaron A Estación, desde el que intentaron avanzar en su vida laboral. En este local invirtieron todo el dinero del paro que les correspondía, con el consiguiente riesgo de comprometer aún más su futuro y el de sus familias. Hemos repetido visita en el primer aniversario y ya avanzamos que la historia tiene final feliz. No hay más que contrastar sus caras con las que mostraban hace un año. Y no se les va de la boca la gratitud a los otros talleres del entorno, aquellos que les prestaban todas las herramientas y maquinaria que necesitaran cuando el suyo aún estaba a medio montar. «Fixemos todos xuntos unha cea de Nadal», dice Manuel. Cuesta imaginar gestos así en muchos gremios.

Recuerdan que los primeros meses fueron duros. Tocó repartir pasquines para darse a conocer, a cada cliente no le daban una tarjeta de visita, sino diez o quince. «Pedíamoslles que as espallaran entre os seus coñecidos». Si están agradecidos al resto de mecánicos, en A Estación ya no saben qué palabras emplear para referirse a sus clientes. Algunos cuando conocieron su historia se desplazaron desde A Coruña para reparar su vehículo. Como si no hubiera talleres en la gran ciudad. Otros llegan desde el Concello de O Pino, allá por Santiago.

-¿E iso?

-Clientes que viñan a Ventosa [concesionario que cerró y los dejó en la calle] e souberon que algúns traballábamos pola nosa conta.

Algo están haciendo bien estos tres hombres levantados del suelo. Así se entiende que un conductor al que el coche deja tirado en Irixoa, y la grúa lo acercó al nuevo taller, luego repite encantado por la diligencia de la primera vez. Así, poco a poco, Carlos, Julio y Manuel han conseguido mover A Estación hacia adelante. «Ás veces non dormes porque hai problemas», dice Carlos. Pero benditos problemas. Ahora tienen la garantía de un sueldo todos los meses, trabajar para sí mismos. Y ahorran para crecer. «Acabamos de instalar un frenómetro». Pero es para los coches de los clientes. A este taller ya no lo frena nadie.