«En muchos concellos pensaron que la violencia de género se iba a diluir»

Toni Silva BETANZOS / LA VOZ

BETANZOS

Roberto Barba se incorporó al juzgado de Betanzos a finales del 2014.
Roberto Barba se incorporó al juzgado de Betanzos a finales del 2014. cÉSAR dELGADO< / span>

El juez pide la ayuda de otras administraciones para afrontar esta lacra

22 mar 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

A finales del 2014 Roberto Barba se mudó al juzgado número 3 de Betanzos tras seis años en la sede de O Barco de Valdeorras. En aquel tranquilo rincón judicial tuvo que lidiar con uno de los expedientes más mediáticos (junto con la muerte de Asunta y el robo del Códice Calixtino): le tocó investigar la muerte del holandés Martin Verfondern, un caso en el que discurrieron cuatro años entre la desaparición y las detenciones de los presuntos homicidas. Paralelamente, en el juzgado ourensano desarrolló un protocolo para resolver de forma más eficiente los casos de violencia de género. Este convenio, elaborado junto con un compañero, es el primero en Galicia y segundo en España tras el de Getafe. Roberto Barba defiende que la violencia machista debe atacarse de forma poliédrica, por lo que los jueces han de ir de la mano de otras administraciones. Ya se ha encontrado con numerosos obstáculos, pero se muestra firme para desarrollar su método. Es fácil de entender su filosofía revolucionaria mirando el DNI. Nació en el París de 1968.

-¿Qué volumen de trabajo se ha encontrado con respecto al que deja atrás en O Barco?

-Una comarca como Betanzos tiene una carga de trabajo como una capital de provincia. La mayor parte de la gente que trabaja en A Coruña vive en nuestro partido judicial, Betanzos, Sada, Miño... y aquí hay mucha segunda residencia que también genera conflictos, igual que los polígonos industriales como Bergondo o Espíritu Santo.

-¿Qué medios y recursos se ha encontrado en materia de violencia de género?

-Hay una gran sensibilidad, pero muchas veces no tenemos suficiente información para tomar medidas. Sería conveniente contar con otros órganos auxiliares que, de alguna manera, nos permitiese a los jueces conocer la situación de una familia. En O Barco hicimos un convenio a través del cual el Ayuntamiento ponía a nuestra disposición los servicios técnicos, jurídicos incluso, para que pudiéramos tener más elementos antes de tomar decisiones. Yo estoy aquí en el juzgado, pero de puertas afuera no sé lo que pasa. El Ayuntamiento de O Barco nos recogía información muy valiosa.

-¿Y es una odisea aplicar ese protocolo en Betanzos o hay un buen punto de partida?

-Acabo de llegar, como quien dice. El volumen de trabajo es tan grande que no puedes hacer ese tipo de labor. Me gustaría hacer un sondeo entre los ayuntamientos de la zona con los alcaldes, presentarles lo que hicimos en O Barco y pedirles determinados medios y servicios. Hay que tener el beneplácito de los poderes públicos. Hay un problema muy grande: la administración es una suma de compartimentos estancos, aquí hay uno que es A, otro B, otro C,... cada uno con sus normas, con sus dotes presupuestarios, y que no se comunican entre sí. Y muchas veces es ridículo. Si para llegar de aquí a aquí [dibuja una recta sobre su mesa con el dedo] hay 300 metros, por qué me haces dar una vuelta de tres kilómetros. Si quiero saber cómo vive un incapaz, ¿qué hago? ¿Tengo que ir yo a ese piso a verlo?

-¿Cómo valora que el CIM de la zona de Betanzos se encuentre en Coirós?

-Es algo que me llamó muchísimo la atención. Creo que debería estar aquí, en Betanzos, como un servicio centralizado, independientemente de que luego hubiera otras delegaciones. La violencia de género se ha hecho cada vez más importante, pero pocos han apostado por un servicio completo. Como esto empezó, si se me permite la expresión, como un cuento, muchos ayuntamientos no lo pidieron porque pensaron que se iba a diluir. Pero al final tiene un peso importante en la administración general, que no solo en la de Justicia. No es un problema judicial, es un problema social. Siempre digo que la justicia es una parte que tiene que entrar siempre de forma residual. El juez no debe abanderar la situación porque somos un elefante en una cacharrería. Tenemos que entrar al final, primero hay otros medios. Pero insisto, la colaboración entre instituciones es fundamental.