Los usuarios del centro de salud de Bergondo sufren frío y cortes de luz

Toni Silva BERGONDO / LA VOZ

BERGONDO

El cambio del contador ha causado numerosas interrupciones en el suministro

08 abr 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Llamarle centro de salud al ambulatorio de Bergondo comienza a sonar a ironía. Desde hace un mes, la calefacción se ha convertido en un bien preciado y, dependiendo del día, las recetas analógicas se imponen al revolucionario sistema electrónico. No queda otra si la luz se va. Y últimamente ocurre con frecuencia. En ese caso, el personal de recepción cuelga en el mostrador un cartel con la leyenda «Ordenador averiado: no se pueden dar citas». En definitiva, el centro de salud se colapsa por falta de energía.

Belén Pérez ocupa la recepción. Desde hace un mes, cuando el frío aprieta, se enfunda unos guantes con los dedos desnudos para una mayor comodidad en el teclado del ordenador. Y una manta sobre los hombros. Y botas de fieltro para mantener los pies calientes. «Pensé hasta traerme una pequeña estufa de casa pero, ¿para qué?, saltaría toda la instalación, hay que aguantar», se resigna.

En el gran habitáculo central asoman cinco radiadores. Solo uno está encendido. La gran sala de espera tiene el techo muy elevado, lo que hace más fugaz la sensación de calor que pueda desprender la máquina. Tampoco se pueden calentar todas las salas. Los niños tienen prioridad y el servicio de pediatría mantiene un plus de calor.

Por contra, el resto de departamentos están congelados. Como la sala de urgencias. «Aquí se hacen electros, la gente ha de estar medio desnuda y hace mucho frío», explica Amalia Castro, enfermera que lleva sobre su bata un forro polar.

Los problemas de frío por cortes de luz se remontan a hace un mes, cuando se instaló el nuevo contador por parte de Gas Natural Fenosa. El Concello de Bergondo, responsable del mantenimiento del centro, ha pedido ayuda al Sergas para conminar a la compañía a acelerar el arreglo y acabar con esta situación de caos. «Generalmente el Concello es muy rápido en arreglar lo que se estropea, pero en esta situación llevamos varias semanas», se queja el personal.

«La temperatura en la sala era insoportable»

Cada vez que Iván Rocha acudía al centro de salud para que el médico estudiase la evolución de su infección respiratoria salía peor de lo que entraba. Durante su baja aquí ha vivido jornadas surrealistas. «Hace una semana tuve que esperar muchísimo tiempo para que me dieran el parte de baja», relata el joven, también dedicado profesionalmente al mundo de la sanidad. El motivo era que los ordenadores debían esperar a que se restableciese el suministro de electricidad. «Ese día la luz iba y venía, la medicación no se podía meter en las tarjetas sanitarias, un desastre», señala. Así que su médico le firmó las recetas de forma manual. «Hoy [por ayer] no se puede decir que haga mucho frío, pero días atrás la temperatura era insoportable, no solo por mí, que estaba bastante enfermo, sino por gente mayor y niños pequeños», lamenta Iván, cuyas quejas y las del resto de usuarios también han sido recogidas por varios partidos de la oposición de la corporación de Bergondo.