Las administraciones no logran frenar la siniestralidad en la N-VI

Antón S. Rodríguez BERGONDO / LA VOZ

BERGONDO

César Delgado

La muerte de ayer en Cortiñán se produce a los cinco meses de otro atropello fatal

15 ene 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Cortiñán no consigue poner fin al goteo de muertes en la N-VI. Los residentes de esta parroquia de Bergondo se levantaron ayer con la noticia del atropello de uno de sus vecinos cuando cruzaba la vía para comprar el periódico en la gasolinera situada junto a su casa. Y justo ayer se cumplían cinco meses del atropello de otro vecino de esta zona cuando atravesaba por un paso de cebra y que moriría a las pocas horas en el hospital.

Las distintas administraciones no acaban de adaptar la velocidad en esta carretera de intenso tráfico a las características de la zona, donde también son frecuentes las colisiones, algunas especialmente graves. Otros vecinos, además, han visto más de una vez cómo un turismo se cuela en el interior de su casa, en una vivienda gris muy próxima al lugar del atropello de ayer o un bar cercano al cruce de Vixoi. Hace cinco años y, tras la insistencia del Concello de Bergondo, Fomento rediseñó el dibujo del tráfico en esta parroquia con varias isletas que, si bien ha obligado a reducir la velocidad de los vehículos, también ha liado a los conductores por su rocambolesco diseño de salidas e incorporaciones. Una idea similar ha ocurrido en Raxás, a caballo entre Guísamo y Cortiñán, un tramo en el que es frecuente la presencia de la Guardia Civil. Pero en Cortiñán sucesos como el de ayer recuerdan que las autoridades aún no han dado con la tecla, a pesar de contemplar esta zona como de elevada siniestralidad.

El cruce entre la Nacional VI con la carretera de Ferrol es otro de los puntos negros estipulados por la DGT en su informe del 2013. Es, sin duda, uno de los tramos, de apenas cien metros, donde más accidentes se producen. Setecientos metros después, en sentido Madrid, la DGT localiza otro de los puntos negros de esta carretera. Situado en el centro de Guísamo, el elevado tráfico en ese tramo, así como la existencia de varios cruces convierten en peligrosa esta zona.

Más atropellos mortales

En los últimos meses, se han producido otros dos accidentes mortales. Uno de ellos en Betanzos, el 25 de noviembre. Una mujer de 82 años murió tras ser atropellada por una furgoneta en la calle Mandeo. También el ginecólogo Antonio Bazarra falleció días después de sufrir un atropello en la ronda de Nelle, en A Coruña.