Las nuevas instalaciones portuarias de punta Langosteira cumplirán el próximo martes cuatro años desde su entrada en servicio. Fue con la llegada del granelero Hammonia Korsika, que cargó 35.000 toneladas de clínker destinadas a Brasil para la construcción de las infraestructuras de los Juegos Olímpicos celebrados este pasado verano y de las instalaciones para el Mundial de Fútbol del 2014.
Y desde esa fecha el puerto exterior coruñés no dejó de crecer. Y lo hizo tanto en la puesta en marcha de nuevas instalaciones, naves de almacenaje de mercancía, explanadas..., como en el tráfico de mercancías.
Esta positiva evolución de la nueva dársena permitirá alcanzar las 1,5 millones de toneladas durante este año, una cifra que se asemeja a otros puertos de la red portuaria estatal. Un crecimiento, «que mantendrá un ritmo creciente y se disparará cuando, a partir del 2018, las operaciones de carga y descarga de petróleo y de sus derivados que gestiona Repsol se harán en estas nuevas instalaciones», señaló el presidente de la Autoridad Portuaria, Enrique Losada.
También recordó que desde el 2012, en punta Langosteira ya se llevan realizadas 250 operaciones y el total de toneladas es de 2,7 millones y se espera alcanzar al finalizar este año los 3 millones.
Mejoras mediambientales
Enrique Losada también hizo hincapié en que más del 35 % de los graneles sólidos, cemento, clínker y cereales para la cabaña ganadera «ya se mueven por Langosteira». Y destacó que el tráfico de coque de Repsol en las nuevas instalaciones ya es del 85 %: «Este año el tráfico acumulado ya asciende a 330.000 toneladas, de las cuales 290.000 pasaron por el puerto exterior y solo 40.000 por los muelles urbanos».
Este traslado de mercancías sensibles medioambientalmente hablando permitió «que en lo que va de año no ha habida ninguna superación de los límites de partículas a la atmósfera», subrayó Enrique Losada.