Piden 20 años para el arteixán que mató a su madre por intoxicación

alberto mahía A CORUÑA / LA VOZ

ARTEIXO

El hombre declaró que solo la había «ayudado» a suicidarse

03 sep 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Madre e hijo, ya muy mayores, habían regresado a Galicia 12 años atrás tras décadas de emigrantes en Argentina. Se establecieron en Vilarrodís (Arteixo) y él encontró trabajo como transportista. Con el tiempo se hizo autónomo, pero le vinieron mal dadas. A los problemas de salud de ella le acompañaban las deudas de él, que llegó a confesar a sus amigos que no sabía cómo iban a salir adelante. Y así se llegó al 11 de mayo del año pasado, cuando Ricardo Álvarez Baldrich, de 64 años, le preparó a su madre un cóctel mortal. En un vaso mezcló helado, whisky, 12 cápsulas de bromazepán y algunas de tramadol. Y se lo dio a beber a la mujer de 88 años y que llevaba meses encamada y muy enferma. No tardó en fallecer. Inmediatamente después, el hombre se sentó frente al ordenador y comenzó a escribir un correo electrónico a la Guardia Civil. Decía así: «cuando reciban este correo, mi madre y yo estaremos muertos. He programado el envío de este con fecha post datada. La dirección del piso está en la avenida del alcalde Platas Varela de Vilarrodís. Para que no tengan que romper la puerta, les dejo una copia de la llave en el buzón. No tenemos familiares».

El trágico mensaje llegó al cuartel de la Guardia Civil de Arteixo al día siguiente y nada más leerlo, los agentes corrieron hacia el piso. Primero llamaron al telefonillo y Ricardo no les abrió. Solo les contestó: «ya, ya, ya. Un segundo». Al no abrir, los guardias entraron en el portal y comprobaron si en el buzón había una llave. La había. Y con ella accedieron al piso. Y se encontraron con el hombre completamente ensangrentado en el suelo de la cocina -se había acuchillado repetidas veces- y a su madre muerta en la cama de su habitación.

Una vez recuperado, confesó a los agentes que le había proporcionado un cóctel mortal a su madre, pero que no lo tomaran como un asesinato, que él solo la había ayudado a suicidarse y que sus planes terminarían también con su propia muerte.

La Fiscalía no cree su versión y le imputa un delito de asesinato con el agravante de parentesco por el que pide que se le imponga una pena de 20 años de prisión. El juicio se celebrará la próxima semana en la Audiencia Provincial. Un jurado popular dictará sentencia.