La suerte hizo que en la caída, a unos seis metros de altura, topara con un voladizo.
28 feb 2018 . Actualizado a las 11:11 h.Se llama Chuca, tiene 3 años y pertenece a la raza beagle, un tipo de sabueso especializado en rastrear pequeñas piezas de caza. Su extraordinario olfato prevaleció esta mañana sobre el resto de los sentidos y, probablemente siguiendo el rastro de algún conejo, que abundan en la zona, se precipitó al vacío por los acantilados de Mera, en las proximidades del faro, cuando daba un paseo con su propietario. La suerte hizo que en la caída, a unos seis metros de altura, topara con un voladizo.
«Allí quedó. Si no fuera por la cornisa, caería al mar, que estaba unos 15 metros más abajo», explicó uno de los miembros del Servicio Municipal de Emergencias de Oleiros que acudieron a su rescate, sobre las once de la mañana. Apoyado por la Policía Local, el equipo tiró varias cuerdas, por las que se descolgó uno de los hombres, mientras escuchaba los ladridos de la sabuesa. «Desde arriba no se veía, hasta que llegó abajo no supo cómo estaba», cuenta el portavoz de la agrupación. Chuca no había sufrido ni un rasguño. Nerviosa, aguantó en la cesta donde la acomodó el rescatador y subió al encuentro con su dueño.